Lo que nos presenta Fernando León no es una película al uso; conscientemente, el realizador renuncia a un planteamiento, un nudo y un desenlace clásico; porque “Los Lunes al Sol” funciona como un bello –y algo frío- ejercicio que toma la forma de fresco social; se plantea, de forma prácticamente documental, una situación triste, de miserias y paro que no lleva a ninguna parte –en la historia-.
Obviamente, la intención del autor es esa; Fernando León es un guionista refinado -y discreto realizador-, y no es que se le haya ido la mano a la hora de pasar a imágenes un guión; es una búsqueda consciente y, para algunos, encontrada y maestra (San Sebastian Dixit!!)
La película, la cual podría adaptarse al teatro sin demasiada dificultad, adolece de una “historia” que vaya más allá de la mera descripción de los personajes y tristes cotidianidades; obviamente, no estoy pidiendo que estos bellos trabajadores derrotados encuentran trabajo al final de la película; pero sí un poco más de lucha.
Quedan en el recuerdo unas cuantas grandes secuencias –el anticanas que destinta, la farola rota, Australia- y un Bardem al que, para variar, su personaje se le queda pequeño –moral y físicamente-.