Digna sucesora que incluso por momentos logra superar a aquélla.
Pese a encontrarnos ante la inevitable secuela que intenta sacar réditos de una buena idea inicial, lo cierto es que Madagascar 2 se revela como digna sucesora del relato que se paseó por nuestras pantallas hace ya tres años. De hecho, incluso se diría que por momentos logra superar a aquélla. Los veinte minutos iniciales dan buena fe de ello, sumergiéndonos en una vorágine de acontecimientos que apenas dejan descanso al espectador. Nadie dijo que sólo pudieran tener un arranque trepidante las aventuras de Indiana Jones.
El argumento nos muestra al mismo grupo de animales de la primera parte intentado retornar a Nueva York para volver a ocupar su lugar como estrellas en el zoológico de la ciudad (obviaremos la lectura acomodaticia y reaccionaria de tal hecho). Como ya nos adelantaba el tráiler, un problemilla con el avión les hará acabar en otro lugar bien distinto... y hasta aquí podemos decir.
Tal vez la historia aquí planteada, con todos los acontecimientos que se nos presentan a partir del accidente aéreo, peque de excesivamente endeble y predecible. Sin embargo, una de las mayores virtudes de la cinta reside en saber mantener un nivel de entretenimiento con segmentos muy destacados (de nuevo los marciales pingüinos vuelven a ser las rutilantes estrellas de la función con intervenciones antológicas, aunque se les une una ancianita guerrera que ya aparecía en la película anterior), frente a otros donde se funciona más en automático aunque en general el ritmo no se resienta, haciendo que los noventa minutos de duración sean más que suficientes para hacerle justicia al filme.
El nivel de la animación sigue manteniendo la progresión con respecto a otros productos de la factoría Dreamworks (Shrek o Kung Fu Panda), aunque por supuesto aún a mucha distancia de sus competidores de Pixar. Hay que destacar la gran cantidad de figuras en movimiento que se nos presentan en casi todos los planos de la película, que deja buena nota de que no se ha querido escatimar en esfuerzo ni en gastos para esta continuación.
Como resumen, un argumento algo endeble con ropajes informáticos de primera y sobre todo grandes dosis de dinamismo y humor. Entretenimiento asegurado para pequeños y mayores. Ah, y además las voces de los actores españoles que doblan a los protagonistas apenas se hacen de notar, cosa que siempre es de agradecer.