Vayamos al grano: “Miedo Punto Com” es un producto, mal hecho. Algún productor se le ocurrió que se podía hacer una película con un título así –no niego que tenga su gracia- y aprovechar ese mismo nombre para hacer una página web y promocionar el film. Todo va en el pack.
No es esa mala idea, más cercana a mercaderes fenicios que a artistas, pero hay que reconocerlo, es buen marketing. El problema es que para llegar a buen puerto, a parte de un buen reclamo, hay que tener algo detrás, y “Miedo Punto Com” nunca lo tuvo.
Con un argumento trillado hasta el tuétano –el policía que busca, desde hace años, al asesino más “listo” y escurridizo ahora camuflado en la red- William Malone –responsable de la aburrida pero supuestamente terrorífica “House on Haunted Hill”- nos regala cien minutos del más puro y gris sopor en un desfile interminable de tópicos, sustos –que no miedo- y malas artes.
La única supuesta novedad, la incorporación de internet como un personaje más dentro la trama, queda tan sólo como una burda excusa dramática que se desinfla con demasiada facilidad en este producto, este aborto audiovisual, que espero, alguien asesine lo más rápido posible para bien de la salud mental de todos nosotros, pobres espectadores.