Los datos del Ministerio de Cultura tan solo recogen lo acontecido hasta el pasado 1 de noviembre, pero puesto que no existe previsión hasta el 1 de enero de 2009 de ningún estreno de producción española con garantías de éxito, lo conocido puede ser una estimación optimista frente a lo que suceda al final.
Lo cierto es que únicamente Los Crímenes de Oxford, de Alex de la Iglesia, y Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra, de Miguel Bardem, se acercan a la barrera del millón y medio de espectadores (muy lejos en cualquier caso de los cuatro millones que vieron en 2007 El Orfanato), seguidas de dos films que tienen poco de españoles pese al dinero que productoras nativas hayan podido invertir en ellas: Che, el argentino, de Steven Soderbergh, y Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen.
Por lo demás, películas tan promocionadas como Los Años Desnudos: Clasificada 'S', estrenada con más doscientas copias; Sólo Quiero Caminar, de Agustín Díaz Yanes (321 copias) y Camino, de Javier Fesser, apenas han superado en el mejor de los casos los doscientos mil espectadores.
El caso quizás más sangrante es el de Sangre de Mayo, de José Luis Garci, vista por menos de ciento cincuenta mil espectadores (750.000 € en taquilla) después de haber sido subvencionada por la Comunidad de Madrid con quince millones de euros y haber contado para su exhibición con más de doscientas cuarenta copias.
No hace falta añadir que si estos son los resultados para películas de las que todos hemos oído hablar, los conseguidos por esa gran cantidad de títulos que duran una semana en cartel son catastróficos. Por resumir, ni una sola película española aparecerá entre las diez más vistas de 2008 en nuestro país.