Comenzó en esto del cine hace seis años y parece mentira que haya rodado una película por año. Son pocos los españoles que pueden permitirse el lujo de trabajar a pleno rendimiento y ver ese esfuerzo recompensado con un hueco en alguna sala. De sobra conocidas son las quejas de gente del cine como Borau o, sin ir más lejos, Juan A. Bardem que falleció pidiendo más implicación por parte de los productores. Miguel Albaladejo no tiene ese problema. Es un tío con suerte, ya que sus obras han logrado lo que a simple vista resulta imposible: hermanar crítica y público. Y es que el realizador valenciano plasma en sus films un universo muy particular, lleno de realidad cotidiana fácilmente digerible por el espectador medio y en el que prevalecen las emociones de los personajes por encima de cualquier elemento.
Cómodo tanto en el terreno de la comedia ("El cielo abierto sigue siendo su mejor película) como en el drama ("rencor"), Albaladejo recurre a las mismas claves que lo auparon al éxito, dando forma a una historia considerada como la más personal de su carrera hasta la fecha. "Cachorro" retrata de manera cercana la relación que se establece entre un homosexual de vida sexualmente agitada y su sobrino de once años al que deberá cuidar después de que la madre -no puedo evitar que Elvira Lindo me recuerde la vis cómica de la gran Chus Lampreave- se marche a la India por tiempo indefinido.
Tras un arranque sexualmente movidito, asistimos a la buena química desprendida por esta singular pareja, ayudados en todo momento por un reparto desconocido que aporta buenas dosis de complicidad y ternura (con escenas acertadas como la fiesta sorpresa). No obstante, el riesgo se planteaba con el tratamiento del mundo gay donde es habitual tropezar con algunos tópicos. Sorteados con arrojo estos incómodos obstásculos, se opta por el camino de la total normalidad.
Esta vez sin la colaboración de su inseparable Elvira Lindo al frente del guión, la película tiene inevitablemente elementos a favor y en contra. Funciona a nivel interpretativo, con un buen trabajo de sus protagonistas Jose Luis García Pérez y el niño David Castillo, por más que el guión del pequeño resulte poco trabajado. Sin embargo los chascarrillos son la especialidad del director, y por lo menos nos hacen reír en no pocas ocasiones aunque se trate de un drama con todas sus consecuencias. El conjunto es recomendable independientemente de algunos altibajos, y por encima de todo resulta tierna.