No hay dos sin tres, y tras el éxito cosechado por las dos entregas previas era prácticamente inevitable que los responsables de la saga “'Underworld'” diesen luz verde a una nueva. Sin embargo esta secuela cuenta con varias novedades inesperadas, siendo la más reseñable el giro que da la historia para situarnos siglos atrás y narrar los orígenes de la guerra entre vampiros y hombres lobo.
Estética y continuidad
Uno de los retos a la hora de crear 'La rebelión de los licántropos' fue mantener la estética pero al mismo tiempo dotarla de una entidad propia, habida cuenta del cambio de época de esta nueva entrega. Frente a los ambientes urbanos y la imagen ultramoderna, aquí se presenta una ambientación medieval presente en los decorados y el vestuario de los personajes, a la que también contribuyen los parajes naturales de Nueva Zelanda, donde tuvo lugar el rodaje. Este cuidado por la ambientación también influenció a la fotografía del film que, frente a los colores verdosos y azulados de tipo industrial que dominaban anteriormente, presenta unos tonos más cálidos y amarillentos, proporcionando una sensación de antigüedad.
Esta tercera entrega es asimismo la primera de la saga rodada en formato de alta definición, lo que supuso una ventaja tanto para la realización de las abundantes escenas nocturnas como para la puesta en escena de los efectos especiales en general y de los licántropos en particular (mucho más amenazadores vistos en dicho formato según confiesan los cineastas). Aún así, se ha cuidado de mantener cierta correspondencia estética además de argumental, de modo que la trilogía que ahora se cierra bien podría ser vista como un único film dividido en varias partes. Prometiendo mantener el nivel de sus predecesoras.
Tatopoulos, un veterano novato
Aunque aquí hace su debut como realizador, lo cierto es que este mago de los efectos atesora una larga y respetada trayectoria dentro del mundo del cine. De ascendencia griega pero nacido y criado en Francia donde estudio Bellas Artes, Tatopoulos comenzó a trabajar en el cine en 1989, aunque el reconocimiento le llegó gracias a sus colaboraciones con el alemán Roland Emmerich en films como “Stargate”, “Independence Day” y “Godzilla”. Precisamente el personaje encarnado por Matthew Broderick en esta última fue bautizado como “Nick Tatopoulus” en reconocimiento a la labor del técnico. Entre sus otros trabajos destacan películas como “Pitch Black”, “Van Helsing”, “Silent Hill”, “Alien vs Predator” ó “10.000” así como sus colaboraciones con Len Wiseman (“Underworld 1 & 2” y “La Jungla 4.0”), al que conoció cuando ambos trabajaban como técnicos de producción a las órdenes de Emmerich. Paralelamente ha desarrollado una fructífera carrera en el mundo de los videoclips y spots televisivos. Actualmente y alternando con su nueva faceta de director, Tatopoulos trabaja en los efectos de la adaptación de “Solomon Kane” y prepara la adaptación del videojuego “Onimusha” para el realizador Christophe Gangs.