El equipo autor de la anterior aventura del profesor Robert Langdon, encabezado por Ron Howard en la dirección y Tom Hanks en el reparto, tiene ahora la oportunidad de resarcirse con la adaptación de Ángeles y Demonios, un thriller religioso que enfrenta de nuevo a los Illuminati con la Iglesia Católica.
Aunque escrita con anterioridad a la celebérrima El código Da Vinci, Ángeles y Demonios empezó a despertar interés e incluso a publicarse en la mayoría de los países tras el bombazo de su hermana menor. En España se editaron en el orden cronológico correcto por la editorial Umbriel, aunque llovieron sus reediciones tras el seguimiento que tuvo El Código Da Vinci. Durante unos meses fue imposible no introducirse en un vagón de metro o en un autobús que no transportase al menos a un par de personas con un ejemplar entre las manos.
Se puede considerar la primera aventura de un personaje que probablemente tenga mucho más recorrido en las obras de Dan Brown. Se trata del profesor Robert Langdon, especialista en Simbología Religiosa (sic) de la Universidad de Harvard, que Brown describe en la novela como “...de espeso cabello castaño vetado de gris, ojos azules penetrantes, voz profunda y cautivadora y la sonrisa alegre y espontánea de un deportista universitario.” No es difícil imaginarse a Tom Hanks en el rol, exceptuando la escasez capilar, como así ha sucedido en ambas entregas. Además, no cabe duda de que el personaje es un alter ego del propio novelista, cuyas investigaciones acerca de las paradojas entre ciencia y religión le llevaron a escribir su primer libro, La Fortaleza Digital, cuando aún ejercía como profesor de inglés en Exeter, New Hampshire.
Ángeles y Demonios, plantea de nuevo una intriga muy del gusto del público al mezclar pseudo-ciencia y religión. El conocimiento que tenemos los ciudadanos de a pie de ambos temas es muy limitado y siempre estamos mucho más abiertos a entender algo de su farragoso contenido gracias a una trama misteriosa de fácil digestión que a conocer realmente sus intrincados y profundos temas. En esta ocasión, el asesinato de uno de los científicos del CERN, es decir, el centro de estudios que investiga acerca de la materia y la energía con el acelerador de partículas existente en la frontera entre Italia y Suiza, revela la firma de los Illuminati. Dicha organización secreta, tan antigua como la propia Iglesia Católica, pretende eliminar de una vez por todas a la jerarquía eclesiástica e imponer un nuevo orden.
Junto con el asesinato se descubre el robo de un cuarto de gramo de antimateria. El artefacto que lo contiene, cuyo mecanismo de seguridad lo hace explotar en veinticuatro horas, ha sido colocado en algún lugar del Vaticano justo en la noche que se elige nuevo Papa. Ante la superación de los hechos, las autoridades policiales vaticanas, la Guardia Suiza, decide llamar al profesor Langdon. Éste verifica la firma de los Illuminati y, con la ayuda de la hija del científico asesinado, la Dra. Vettra, se verá envuelto en la carrera contrarreloj para descifrar las pistas simbólicas acerca de las intenciones de la secta, el lugar donde está emplazado el arma de destrucción masiva y las personas implicadas en tan aniquiladora y subversiva trama.
El diestro y afamado realizador Ron Howard (Frost contra Nixon, Una mente maravillosa) encabeza de nuevo como director y productor el equipo técnico que ha puesto en pie la película. Tras un considerable retraso debido a la huelga de guionistas, esta se pudo rodar en los escenarios naturales de Roma, exceptuando los planos generales y aéreos que el Vaticano tiene prohibidos por cuestiones de seguridad. Una vez más, el reparto es de los más atrayentes para la taquilla. Junto al mencionado Tom Hanks podremos ver a Ewan McGregor (La lista) dando vida al camarlengo, el cargo administrativo que queda al frente del Vaticano mientras dura la elección papal. La actriz de origen israelí Ayelet Zurer (En el punto de mira, Munich) es la Dra. Vettra, hija del científico asesinado y sin cuya ayuda no se podrá evitar el ataque terrorista. Los veteranos Armin Mueller-Stahl (Promesas del Este) y Stellan Skarsgård (Mamma mia!) interpretan al enigmático Cardenal Strauss y al jefe de la Guardia Suiza, respectivamente. La siempre eficaz música de Hans Zimmer envolverá este nuevo ingenio fílmico del productor Brian Grazer, sin duda, uno de los mayores e implacables rastreadores de éxito que ha dado Hollywood.