5-La familia de cine
Pilar sobre el que se asienta la industria, la familia de cine consume no una, sino mínimo de cuatro entradas, y da para insertar entre sus filas a varias subespecies. En los cines de periferia la cosa degenera especialmente y se incluyen más, a saber, las que entran con carrito de recién nacido y lloros incorporados (porque no coincidió con día de parto, si no vendrían con utensilios apropiados para proseguir su procreación sin interrumpir su devoción por el cine y compromiso con el incordio al resto de espectadores); las que aportan a los niños espídicos para que se corran las bandas del salón en desahogo de sus excesos de energía, chorro de voz y personalidad primitiva; las que viviendo en eterno domingo, expresan en todo momento su fidelidad con la naturaleza dominguera y montan una merendola o un camping donde el espacio físico mínimamente lo permita; y cómo no, cosas de la compleja naturaleza humana, las que llevan sus disputas expresadas a viva voz al lugar en el que otros tratan de atender a una realidad paralela (por si no lo tuviera ya suficientemente difícil 2.El espectador hiperrealista).
Película favorita: ah... ¿qué hacen una película en la pantalla de delante? ¿que tiene nombre? ¿qué no es siempre la misma? Probablemente nunca lo sepan. Y sí, nótese que hasta la fecha, pocas películas favoritas aparecen en este campo.
Los freak-militantes irán disfrazados de sus protagonistas, inasequibles a la autoestima, sentido común y amor propio, para darle el color que nunca debió tener la sala de cine.
6- El freak-militante
Probablemente su vida nunca fue normal, y ya en el útero materno se dedicaba a hacer cosas raras con el cordón umbilical como emular los latigazos de Indiana o el sable de Owi Ban Kenobi, pero si el resto del año su existencia no parece inquietar más allá de quienes compartan casa (o estancia en el frenopático) con los susodichos, el trauma llega cuando estrenan la quincuagésima entrega de su saga galáctica, de su serie de osos peleando contra dinosaurios, o de su nuevo culebrón novelado de moda en cuyas páginas la vida no sólo tiene por primera vez sentido, sino que además puede ser maravillosa. Ni corto ni perezoso –y tirando de la protección gregario-gremial de su grupo de colegas a ser posible, por si les tiran piedras– llegará el día del estreno y los freak-militantes irán disfrazados de sus protagonistas, inasequibles a la autoestima, sentido común y amor propio, para darle el color que nunca debió tener la sala de cine. (Lejos del tono crítico que pueda apreciarse en estas líneas, en el fondo hay un cierto cariño, son inofensivos y... quien las escribe siempre quiso ir por la calle vestido de Spiderman).
Película favorita: película no, re-li-gión.
7- La excursión del IMSERSO
Compensación a una vida entregada a los demás, a años de intenso trabajo demandando un descanso o, en definitiva, forma de tenerlos entretenidos y que incordien lo menos posible a sus familiares preguntándoles varias veces lo mismo, el cine con descuento - como el bonobús- trata de tener entretenidos a nuestros mayores perdiéndoles un tiempo por algún lugar. Todo argumento suele ser demasiado confuso para ellos, los cambios de peinado del protagonista suelen llevarles a creer en nuevos personajes, la violencia o los exabruptos suelen hacerles dudar si no habría sido mejor quedarse en casa tratando en balde de aprender a usar el teletexto. Pero fuera como fuera, ahí están, expresando en voz alta sus dudas, sus inquietudes o, como nuestro “entrañable” 1-El Tertuliano, hablando simplemente de esas cosas extrañas que pasan al otro lado de la pantalla en una conversación que demuestra la inutilidad de los chirriantes “sonotones”.
Película favorita: Cocoon, En El Estanque dorado, Los Puentes de Madison... Aunque no recuerdan sus nombres ni saben realmente de qué iban.