Ingredientes necesarios para una psycho killer: un asesino que se cree listo, un investigador que se cree listo, un policía ayudante que incordia más que ayuda –aunque probablemente se crea listo-, mutilaciones, dos/ tres sustos con salto, y algo de sorpresa que haga temblar las palomitas.
En Vidas Ajenas, lo que merece atención dura exactamente 4 minutos. Los de la introducción previa a los títulos de crédito –aunque estos también tengan su estilo- con su iluminación saturada, el recorte argumental violento y la confusión bien encaminada. Pero luego aparece doña Tomb Raider, toda la atención del director se centra en abarcar en la ancha pantalla sus grandes labios, y lo demás queda en un puesto secundario. Tanto como Ethan Hawk en el papel de testigo sospechoso, o como Kiefer Sutherland con sus apenas 3 escenas a pesar de vestir con su nombre trailer y cartel promocional.
Cuando los ecos de cintas como Seven superan los gritos de casi cualquier alternativa, algo de motivación y ganas de ofrecer más deben traducirse en un resultado distinto a un final insulso maquinado en solución de tedioso artificio. La búsqueda de la sorpresa se hace a tientas, con voluntad apática y esa sensación de querer hacer algo mejor en un día de modorra.
A estas alturas, el Oscar de Angelina se ha desinflado lo suficiente como para que ella deba estar aplicándole el mismo tratamiento que a su superficie labial. Entre actuaciones saltimbanqui ejerciendo de Lara Croft, y recientes interpretaciones a la equivocada búsqueda de mayor gloria (“Pecado original”, “Amar peligrosamente”) le faltaba un papel de lúcida detective-chamán, que ve lo que otros no y prácticamente usa técnicas de indio piel roja para seguir pistas. Si su físico distrae algunos ojos de la escasa credibilidad del papel, tópicos que llegan hasta a manidas bromas usadas en incontables ocasiones no logran crear implicación, salvo en esos momentos en que el dolby surround golpea la duermevela. Cerrando con esas arquetípicas recomendaciones finales: “si le gusta ver siempre el mismo tipo de película, si le gusta Angelina Jolie, si le gustan las palomitas...” ya sabe como sigue. Puede que entonces esta sea su cinta. Pero cuando en unos años se citen las 20 “psycho-killers movies”, sólo quienes recuerden ciertas formas turgentes citarán Vidas Ajenas.