El plantel de actores
James Caviezel verá su carrera eternamente asociada al papel protagonista de La Pasión de Cristo. Nacido en Skagitt County, Washington en el seno de una familia de atletas, sus primeras orientaciones se dirigieron al terreno familiar en que destacó en la práctica del baloncesto. Tras una lesión deportiva, comenzó a introducirse en el mundo de la actuación debutando sobre los escenarios en una representación universitaria, adaptación del musical de Frank Sinatra Gallardo y Calavera. A comienzos de los ochenta se trasladó a Los Ángeles, donde estuvo trabajando de camarero mientras probaba suerte acudiendo a audiciones.
Pequeños papeles en Se ha escrito un crimen y Aquellos maravillosos años le llevaron a la gran pantalla en el papel de un encargado de reservas de una compañía aérea en Mi Idaho privado (1991), de Gus Van Sant, haciéndose pasar por un inmigrante italiano recién llegado y con un marcado acento. Posteriormente, destacadas producciones como El golpe perfecto (1992) o Wyatt Earp (1994) de Lawrence Kasdan, le daban papeles de escasa relevancia con los que palpar el lado más suntuoso del cine sin llegar a tomar protagonismo. En La teniente Oneil (1997) de Ridley Scott tuvo la primera ocasión para destacar en el reparto, pero cobraría mayor presencia en la película de Terrence Malick La delgada línea roja (1998), dando la talla ante compañeros de reparto como Sean Penn, Nick Nolte y Adrien Brody.
Otros de sus últimos trabajos ya con nombre dentro de Hollywood fueron el western de Ang Lee Cabalga con el diablo (1999); el thriller de ciencia ficción de Gregory Hoblit Frequency (2000) -en que interpreta al hijo de Dennis Quaid-; Mirada de ángel, un drama romántico en que compartía cartel con Jennifer López; La venganza del Conde de Montecristo (2002) de Kevin Reynolds, y Toda la verdad.
Otras apariciones destacadas son las de Maia Morgenstern, interpretando a la Virgen María y considerada una de las más importantes actrices de teatro rumanas salida de la prestigiosa Film and Theatre Academy en Bucarest. Miembro de tres importantes compañías de teatro en su país, ha sido merecedora por su trabajo de dos reconocidos premios de teatro, el Stars of Tomorrow Award 1992 y el Felix a la mejor actriz en 1993. En el cine, ha participado en docenas de películas rumanas y en varias producciones internacionales, como Nostradamus (1994), de Roger Christian, The Seventh Room (1995), de Márta Mészáros o La mirada de Ulises (1995), de Theo Angelopoulos y los que considera sus trabajos más meritorios en Lucian Pintelle Balanta (1992) y en la de János Szász Witman fiúk (1997).
Además, Monica Bellucci, interpretando a María Magdalena completa la parte más destacada del reparto haciendo valer de nuevo su naturaleza de icono femenino con que regularmente se asegura la presencia en las producciones más llamativas.