A las dos después de medianoche, en el horario imaginario de uno de sus libros de relatos (‘Las cuatro después de Media Noche’, 1990) Stephen King desarrolla el titulado “ventana secreta, secreto jardín”.
A lo largo de la dilatada trayectoria de autor de éxito, con lógicos motivos para el desprecio a su paralelo séquito de detractores, sus novelas han tenido casi constantemente -con mayor o menor protagonismo- a un personaje escritor reflejando el mundo propio en el cual se desarrolla toda su potencia creativa. Sirvan como ejemplos los casos de Misery, It, Desesperación o Un Saco de Huesos. Como apuntes cinéfilos, reseñar que la primera representa probablemente a uno de los mejores traslados a cine de una de sus obras –junto a El Resplandor adaptado por Kubrick- , y que Un saco de Huesos es una de las grandes promesas, entre sus mejores libros recientes, que espera un turno que antes o después a todas les llega. La próxima en hacerlo, la escrita en dueto con Peter Straub y titulada El Talismán.
El caso es que a lo largo de todos estos años, y a través de esos personajes con los que compartía profesión, se ha dedicado a una labor de prospección sobre el oficio del que no puede separarse -con prolíficos resultados-, y cuya consecuencia se ha plasmado en argumentos cuyas reflexiones –como es el caso concreto de esta La ventana secreta- se manifiestan de forma clara.
El relato en cuestión, ahonda en una dirección tomada por una novela previa con similitudes en cuanto a la esencia (La Mitad Oscura, escrita un año antes) en que con distinto enfoque el sanguinario George Stark ponía patas arriba el mundo del escritor de éxito Thad Beaumont.
Lo que tenían en común, sin desvelar cuestiones argumentales, era el deseo de tratar “la poderosa atracción que la ficción puede ejercer sobre el escritor”. De hecho, fue tal el interés de King en cómo había dispuesto algunos elementos en aquella ocasión, que le interesó repetir dándoles un nuevo enfoque con que sacar un mayor rendimiento a sus ideas.
Es así como el personaje interpretado por Johnny Depp, en mitad de una crisis creativa provocada por el desastre sentimental que es su vida –en trámites de divorcio tras sorprender a su mujer en una de sus aventuras-, se enfrenta a la aparición de un siniestro sujeto que le acusa de haber plagiado uno de sus cuentos.