Saldanha se manifiesta entusiasmado no solo al hablar de 'Ice Age 3' y sus predecesoras, de las que se considera orgullosa parte creativa, sino de su carrera como animador y de sus próximos proyectos.
La saga Ice Age es tremendamente popular en España, pero el público de nuestro país no sabe demasiado de ti, uno de sus máximos responsables. Cuéntanos cómo has acabado al frente de las películas más celebradas del estudio de animación Blue Sky, un auténtico filón para la distribuidora 20th Century Fox.
Lo más interesante de mí es que adoro la animación (risas). Nací en Brasil, concretamente en Río de Janeiro, y siempre estuve interesado en el dibujo, tanto estático como animado. Pronto descubrí que la industria estadounidense tenía el potencial para que desarrollase todo mi posible talento, y allí marché para estudiar artes visuales, logrando titularme en la School of Visual Arts de Nueva York en 1993. Fueron cuatro años muy duros y muy productivos de enseñanza, con docentes tan maravillosos como Ralph Bakshi, David Mazzuchelli, Bob Giraldi o Milton Glaser. Nada más salir de la escuela, tuve la suerte de que Chris Wedge, co-fundador de Blue Sky Studios, se fijase en mi trabajo.
Chris Wedge, por cierto, pone la voz en las versiones originales de Ice Age a Scrat, la ardilla obsesionada con esa eterna bellota que se le escapa siempre de entre las garras…
Sí, ¡y es una de las labores de las que está más orgulloso! (risas). En serio, Chris es un as, gracias a él logré entrar en Blue Sky, que a mediados de los noventa se dedicaba mayoritariamente a la publicidad y a ciertos efectos visuales de películas, siempre de manera muy pionera, pues desde el principio el estudio estuvo volcado en la imagen de síntesis.
En aquella época llegaste a trabajar en La Niñera Mágica (Michael Ritchie, 1997) y El Club de la Lucha (David Fincher, 1999), películas ambas de imagen real.
Sí, pero yo nunca tenía nada que ver con la imagen real, lo mío siempre fueron los efectos especiales. En La Niñera Mágica había muchísimos, en El Club de la Lucha eran más sutiles… si recuerdas ese pingüino con el que el personaje de Edward Norton trataba de eludir la realidad al principio de la película, bueno, ese pingüino es mío (risas). Ahora que lo pienso, era un anticipo de todo lo que estaba por venir en cuanto a animales en mi carrera.
¿Y nunca te ha tentado pasarte a la realización de películas con actores y en escenarios reales?
Pues… no. Me siento muy cómodo con la animación, soy feliz con ella y me siento plenamente realizado ejecutándola. Creo que he aprendido mucho, que cada día voy aprendiendo más y creciendo en este terreno artístico, y prefiero perfeccionar ese background y ahondar en él antes que volcarme en otros campos que todavía no me han llamado la atención. Y en los que no sé si podría dar la talla de la misma manera. En Hollywood existen no pocos casos de compañeros que han tratado de pasarse desde el campo de la animación y los efectos visuales a la imagen real, y los resultados no han sido todo lo buenos que debieran, incluso tratándose de gente con mucho talento.