El motor de arranque de "Caos" resulta tan impactante como prometedor. Un matrimonio es testigo accidental de la brutal paliza propinada a una prostituta. Ante la inesperada situación, cadauno reacciona de manera diferente: el marido se niega a socorrerla y, después de limpiar debidamente la sangre de su precioso coche, olvida lo sucedido. La mujer, sin embargo, acude al hospital interesada por su salud.
Coline Serreau atribuye, sin ningún tipo de complejos, los rasgos definitorios de los cónyuges, mostrando el enorme abismo que los separa.Desde luego el peor parado es él, es decir, los hombres, artífices de las peores fechorías(infidelidad, abuso,la total deshumanización...), ellas por el contrario son todo corazón.No obstante, la simpleza de este planteamiento - los malos son malísimos mientras que los buenos (¿O debería decir buenas?)son lo mejorcito-no empaña el resultado del filme.La directora pasa por diversos géneros casi sin que nos demos cuenta.Así, lo que al principio prometía ser la historia de un hastiado matrimonio se convierte, por momentos, en un loable ejercicio de suspense adornado en su metraje final con acertadas dosis de comedia( Vincent Lindon ya demostró sus dotes para la comedia en otro filme de Serreau, "La crisis"). Por tanto, "Caos" es entretenimiento sin altibajos, cine conprometido( refleja sin aspavientos la difícil situación que debe afrontar la mujer argelina)que nos trae a la memoria la genial "Thelma y Louise"