Malas noticias para los admiradores de Paul Greengrass: el director de El Mito de Bourne (2004) y El Ultimátum de Bourne (2007), segundo y tercer título de la saga de espionaje basada en las novelas de Robert Ludlum e iniciada por Doug Liman en El Caso Bourne (2002), no realizará la cuarta entrega.
Greengrass no habría estado de acuerdo con la decisión de la productora de la franquicia, Universal Pictures, de estar contratando a sus espaldas a nuevos escritores para sacar adelante el guión de la cuarta película, cuyos borradores sucesivos no están convenciendo a nadie.
Por otra parte, Greengrass habría perdido la confianza de Universal (sumida en aprietos económicos y sin ningún gran éxito reciente) al haber sobrepasado su último proyecto, Green Zone, el presupuesto establecido, tanto durante su rodaje como en la posproducción.
Green Zone ha supuesto, por cierto, la tercera colaboración entre el director británico y el actor Matt Damon, es decir, Jason Bourne; lo que da una idea de cuán a gusto trabajan juntos uno y otro. Hasta tal punto, que el actor ya ha manifestado a su círculo más cercano que si Greengrass abandona definitivamente el barco (algunos consideran que la ventolera de Greengrass no implica su deserción final, que se trata de algo normal en el cineasta), él también lo hará.