No, Shrek 2 no es como la primera parte. No tiene su nivel de irreverencia, su concentración de humor, y no es como aquella una película para ver una y otra vez. Es una simple continuación bien llevada, con momentos graciosos, algún personaje nuevo con sus propios recursos cómicos como es el gato con botas, y avance técnico de peso para hacer más vistoso todo el montaje.
Y por supuesto, una nueva ocasión para dar protagonismo a Asno, quien con sus gestos y miradas debería llevarse por sí sólo el próximo Oscar de animación y al que deberían dar una estrella ya mismo en el paseo de la fama de Hollywood.
Aparte de todo esto, su anterior anarquía argumental y de estructura, aquí se ablandan por el cumplimiento de una trama de corte clásico en que el ogro verde pasa la mayor parte del tiempo ejerciendo de marido sentimental. Demasiado corazón para un supuesto monstruito que aquí sólo refunfuña esporádicamente, y pasa más de la mitad del metraje hablando de cuánto es capaz de hacer por satisfacer a su querida Fiona. Un discurso que no desentona con otras partes bien intencionadas aparentemente encaminadas a encontrarse con un público más grande y hacer la cinta más familiar.
Por otro lado, muchas escenas son el resultado del tenaz empeño de hacer exhibiciones visuales que si tienen una nitidez gráfica y una animación extraordinaria, ponen más coreografía que broma gamberra. Hay pequeñas carcajadas, bastante de sonrisa, pero no tiene la carga de insolencia refrescante asociada a Shrek. Los pequeños detalles en que tanto énfasis se ha puesto –como rodear de imitaciones de marcas el ‘reino de muy muy lejano’- son curiosidades, partes de un mundo propio que acoge bien a la historia y recibe con entrega al público con su mezcla de elementos con que parodiar al cuento tradicional. Pero se hecha de menos el ánimo radical, la rebeldía perdida.
Aunque es justo decirlo. Sólo por el dicharachero y pretendidamente cargante Asno, la aventura vale la pena. Y no será la enésima revolución de los dibujos animados, pero sigue siendo una gran oferta para todos los públicos, y una continuación más que decente.