“He sido tocado por el destino. Soy su prisionero. Prisionero de mi propia conciencia.
El amor por la chica que siempre quise debe ser ocultado. Conmigo, siempre estará amenazada por aquellos que luchan contra mí. Sin ella, recorro un sendero solitario.
Mi historia siempre tratará de la pérdida de una chica… y todos los días me pregunto, ¿Cuánto tiempo podré soportar esta soledad?”
Quién es Doc Ock
Uno de los villanos más populares en los enfrentamientos con Spidey, y que es el centro del guión de Alvin Sargent (Julia, Gente Corriente y Luna de Papel) apareció por primera vez en The Amazing Spiderman #3, publicado en 1963. Según la tira de cómic, cada brazo de Ock puede moverse a velocidades superiores a 900 km/h y golpear con la fuerza de un martillo hidráulico. Los poderosísimos tentáculos le permiten levantar un vehículo del suelo, pulverizar ladrillos, atravesar paredes de cemento y pasar por encima de sus víctimas elevándose en el aire.
El personaje interpretado por Alfred Molina (conocido sobre todo por apariciones más o menos secundarias en cintas como Frida -en que interpreta al marido de la protagonista-, Identidad, Chocolat...) posee nuevamente una doble personalidad en que su lado oscuro ha terminado por hacerse con el control. Molina tuvo que potenciar su voz resonante, su capacidad para mostrar la ira, la humanidad, el dolor y la esperanza. Y además, pasar meses ensayando junto a Raimi y los titiriteros de Edge Fx el manejo de los apéndices de Doc Ock. Había que lograr que sus tentáculos fueran una parte de él, que se apreciase esa naturaleza con soltura.
El movimiento de un tentáculo debía afectar al resto del cuerpo, debían poseer vida propia.
Totalmente vestido, debía acabar cargando con entre 35 y 45 kilos. En extensión alcanzaban los 4 metros, cada uno compuesto de hasta 76 piezas individuales para lograr una total articulación. Las cuatro formas que nacían de su espalda, estaban vivas.
Y preparadas para atacar a nuestro héroe.
La hora de volver a vestir el uniforme
Lo que para muchos es un buen espectáculo sobre un icono cómic, para otros es sencillamente una cita ineludible y ansiada con un amigo íntimo. Quienes han escapado de sus cuartos armados de una telaraña envasada en papeles de dibujo, han tenido entre sus manos la azarosa doble vida de un justiciero de carne y hueso, y han sentido en sus carnes las tensiones de Spiderman, ven en cada una de sus apariciones una reproducción de algo suyo que se magnifica.
Vulgarizándolo en parte al hacerlo instrumento del consumo masivo que no todos entenderán en la misma medida. Dándole por otro lado el reconocimiento que siempre ha merecido.
Es por ello que en esta continuación como siempre el momento más representativo de la emoción del fan, cuando el chico de la calle se arranca las ropas y muestra ese traje bandera que le lleva por encima de los demás, a defender el bien contra el mal, a hacer justicia abandonando una vida normal, logra el casi imposible objetivo de saciar esa sed de más Spiderman que nunca se agota.
Como anécdota, ese disfraz que Parker trata de abandonar para volver a ser humano, diseñado por James Acheson (ganador de tres Oscar de vestuario) como si fuera realizado “para una especie de acróbata del Circo del Sol, alguien que tiene una capacidad increíble para contorsionarse” ha sufrido algunos cambios, aparentemente inapreciables. “Tienes que ser un auténtico fan para darte cuenta de ellas”. Los colores son un poco diferentes, se ajustaron los ”ojos” de la máscara de Spider-Man así como otros aspectos del diseño del frente y de la espalda del traje. Se crearon un total de 35 nuevos para Spider-Man 2, y cada uno necesitó de varias semanas y del trabajo de 30 especialistas para completarse.
“James hizo unas 100 alteraciones menores en su visión original, y creo que todas ellas fueron mejoras”, afirma Raimi. “Ha magnetizado las lentes para que se junten sin costuras con la máscara, y la araña del traje ha sido rediseñada. Creo que tiene una línea más elegante y más suelta, aportándole una mayor armonía”.
Puede que sea sólo envase. Pero con él, el personaje del comic se hace grande. Y le cueste decidirse o no, Parker acabará por tenerlo claro. No puede quitárselo. Es su segunda piel.