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El Hombre Lobo - critica de cine
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El Hombre Lobo

Homo homini lupus

Un artículo de Diego Salgado || 15 / 2 / 2010
El hombre lobo
Etiquetas: El hombre lobo / Terror /

El principal defecto de "El Hombre Lobo" reside en su lealtad a cánones narrativos y dramáticos que han perdido su eficacia emocional.

En uno de los diálogos a la postre más reveladores de El Hombre Lobo, Sir John Talbot (Anthony Hopkins) le aconseja a su hijo Lawrence (Benicio del Toro) no mirar atrás nunca: “El pasado es un páramo de horrores”.

Lawrence no atiende a la advertencia. Está empeñado en descubrir quién o qué ha asesinado salvajemente a su hermano Ben. Y ello le acarreará una maldición que debe tanto a la luna llena, los zíngaros y la licantropía como a un maligno sustrato familiar: Lawrence es actor, ha sublimado los instintos y temores de su infancia poniéndose en la piel de atormentados personajes shakesperianos; su regreso al hogar le obligará a despojarse de tales máscaras, y a luchar por extirpar unas raíces de amoralidad y bestialismo paternos que amenazan con fructificar en él.

Del mismo modo, los responsables de El Hombre Lobo han optado por desechar reinterpretaciones pedantes o posmodernas a la hora de volver a presentar en sociedad a uno de los monstruos más tradicionales del cine de terror. Han preferido enriquecer sus conflictos esenciales con un espíritu que bebe a partes iguales de Emily Brontë y de Robert Bloch, y exacerbar una imaginería contrastadamente capaz de suspender la incredulidad del espectador. Respetando, en cualquier caso, un acervo al que se vincula sin traumas el film, y que ejemplifican títulos tan pretéritos como El Lobo Humano (Stuart Walker, 1935) y, en especial, la homónima El Hombre Lobo (George Waggner, 1941).

Es, casi, como si una maldición aquejase también a este arquetipo, que ha ocupado a lo largo de la historia del cine una posición secundaria en el panteón de los mitos clásicos del terror (incluso en la reciente Luna Nueva), y cuyas constantes y subtextos es posible que no brinden demasiadas oportunidades para la experimentación. No quiere esto decir que El Hombre Lobo carezca de interés, pues trasponer con éxito a 2010 un cierto clasicismo narrativo y dramático es una tarea tanto o más complicada que subvertirlo, como demuestran las recientes y fallidas Dorian Gray (pendiente de estreno en España) y La Herencia Valdemar.

El Hombre Lobo sí lo consigue, aun a costa de un ensimismamiento no siempre premeditado al que contribuyen las discutibles interpretaciones de Hopkins y Del Toro, inoportunos meandros referenciales que parecen remitir a La novia de Frankenstein (James Whale, 1935), Bedlam (Mark Robson, 1946) y hasta Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992), y una apuesta discontinua por lo pulp, lo naïf y los sobresaltos que incitará a no pocas risas. Quizás, la muestra más evidente de la modestia creativa que ha materializado esta película sea la prudencia, chocante en estos tiempos, con que se trata a quien puede considerarse auténtico protagonista y monstruo de la ficción: el fascinante Sir John, cuya filosofía vital propicia numerosas reflexiones sobre el orden familiar y social que traen a la memoria la frase de Plauto homo homini lupus (el hombre es un lobo para el hombre) y que, por desgracia, en pantalla no pasan de la sugerencia.

Sin embargo, resulta factible dejarse llevar por el modo sutil en que se desarrolla la historia de amor entre Lawrence y la prometida de su hermano, Gwen (bellísima y muy entonada Emily Blunt); por la importancia que concede a los primeros planos y los espacios interiores y exteriores el director Joe Johnston —un artesano que ya había demostrado en realizaciones como Rocketeer (1991), Cielo de Octubre (1999) y Océanos de Fuego (2004) ese simple buen hacer que tan exótico se está volviendo—; por un gore aparatoso que, sorpresa, no desentona en el conjunto; y por una fructífera conjunción de fotografía y escenografía que revive, en escenas como la que tiene lugar en la tienda regentada por Gwen, esa atmósfera mágica que creíamos desaparecida en el pasado del blanco y negro y la serie B.

Si no fuese vox populi que El Hombre Lobo ha tenido todo tipo de problemas durante su producción, dudamos que se le estuviesen achacando tantos otros defectos, cuando el principal reside en su lealtad a cánones que han perdido su eficacia emocional. Tenía razón el mayor de los Talbot cuando recomendaba no mirar atrás. Se corre el riesgo de devenir estatua, tan fiel al modelo inspirador como carente de otro valor que el rememorativo.

FICHA TÉCNICA DE EL HOMBRE LOBO

Título original: The Wolfman

Fecha de estreno: 12-02-2010

Web oficial: www.thewolfmanmovie.com/ |

Año: 2010 Duración: 120 min

Director: Joe Johnston

Guión: Andrew Kevin Walker, David Self
Intérpretes: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt, Hugo Weaving, David Sterne.

Lo mejor:  

-No sale malparada de su apuesta por integrarse en la tradición cinematográfica del monstruo.
-La fotografía y, sobre todo, la dirección artística.

Lo peor:

-No da de sí más que lo que le permite su modestia.

-La banda sonora pierde en comparación a la de Wojciech Kilar para "Bram Stoker's Dracula", homenajeada por el compositor Danny Elfman.

Puntuación:

5

Reservada a quienes desconfían de las sorpresas, y a los admiradores del eterno perdedor Larry Talbot.



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