Aniston se mueve como pez en el agua en este tipo de comedias simples.
Nos encontramos ante una de esas películas donde en apenas dos minutos de tiempo –lo que dura su tráiler– y con un solo dato –el nombre de su director– ya podemos estar seguros al noventa por ciento de lo que podremos presenciar en la sala de cine.
Y es que la filmografía de Andy Tennant está repleta de comedias sin gracia del estilo de Como locos... a por el oro (2008), Hitch, especialista en ligues (2005), Sweet home Alabama (2002), Por siempre jamás (1998) o Dos por el precio de una (1995). Tal y como ya comentamos en su día al respecto del primero de estos títulos, las expectativas casi nulas tampoco han logrado en esta ocasión levantar una película bastante floja, que pocos enteros ha ganado una vez vista con respecto a lo que nos imaginábamos –temíamos– que nos ofrecería.
Exposados nos cuenta la historia de Milo Boyd (Gerard Butler), un antiguo policía metido a cazarrecompensas (el título original de la cinta es precisamente ese) a quien le asignan llevar ante la justicia, por no presentarse a juicio, a la periodista Nicole Hurley (Jennifer Aniston), con quien el protagonista estuviera casado durante un breve tiempo antes de tener una sonada ruptura. Sin embargo, lo que prometía ser un encargo rápido y satisfactorio se torna más complicado cuando entran en liza unos delincuentes a los que la mujer seguía la pista, así como unos prestamistas a quienes su ex marido debe una importante suma de dinero.
En consecuencia, estamos ante una comedia romántica con ligeros toques de acción que vuelve a incidir en dos caracteres protagonistas opuestos que comenzarán odiándose –en este caso debido a su desastroso pasado en común–, para luego ver cómo su relación actual va evolucionando (¿alguien duda de en qué dirección?) una vez que las circunstancias a las que se ven sometidos por sus perseguidores les obligan a tomar ciertas decisiones.
Si hay que salvar algo, quedémonos con los dos actores principales, que al menos cumplen con su labor de encarnar con un mínimo de dignidad a dos personajes que no hay por dónde cogerlos. Pese a todo, se nota que Aniston está como pez en el agua en este tipo de comedias simples, aunque en el pasado haya recaído en producciones de otro tono (y ligeramente más valiosas), como Sin control (2005) o The good girl (2002). Butler, por su parte, sigue resultando más creíble como héroe de acción que como comparsa en este tipo de películas, de ahí que resulte tan artificial su pose de tipo duro y sarcástico pero con buen corazón.
Prevalecen, eso sí, los puntos negativos: hay demasiados minutos de relleno, la parte romántica aburre soberanamente, los momentos cómicos no hacen gracia, la trama y las situaciones son todas muy previsibles, no falta el secundario irritante (un tipo penoso que va de ligón por la vida)... Con todo esto en mente, solamente podemos recomendar Exposados a espectadores que busquen un discreto entretenimiento que resulta del todo prescindible si se cuenta con mejores alternativas.