La opción más inteligente para enfrentarse a ella es olvidar la sensatez y dejarse llevar por situaciones disparatadas.
¿Comedia inteligente o cine chabacano? ¿Crítica a la obsesión por la estética o excusa para echar unas risas a costa de los frikis de turno? ¿ácida e irreverente o patochada ideada para insuflar dinero al cine español?. La nueva comedia de Nacho García Veguilla tras el éxito de Fuera de carta llega a las pantallas despertando estas preguntas a esta humilde espectadora. Una vez más su avispado director deja a un lado todo tipo de pretensiones con Que se mueran los feos, otra muestra de comedia hilarante de la que se nutre de un buen puñado de rostros conocidos como son Javier Cámara y Carmen Machi. Esta peculiar pareja interpreta a Eliseo (Cámara, siempre eficaz haga lo que haga) un hombre, en palabras de uno de los variopintos personajes, difícil de ver, cojo y desgraciado al no haber podido encontrar a una mujer que le haga sentirse especial. Nati (una Machi todo terreno) tampoco ha tenido suerte en la vida dado que su marido, a su vez hermano de Eliseo, la ha abandonado por una jovencita. Así pues, un entierro les unirá veinte años después regalándoles la oportunidad de arreglar su penosa existencia.
Una vez expuesto su argumento detangámonos en el omnipresente tema que acapara todo nuestro interés, y es que, por si alguien aún no lo sabe, estamos en crisis. Por consiguiente, el cine español también sufre este mal aunque las malas lenguas se pregunten cúando no lo ha estado. Sin embargo, la solución por la que ha optado García Veguilla resulta fácil: ¿por qué no volver a la españolada?. Salvando las distancias con el "género", Que se mueran los feos pretende hacernos pasar un buen rato, y en no pocas ocasiones lo consigue, glorificando nuestras señas de identidad a base de sal gruesa aderezada con cierto grado de sofisticación cómica que impide la caída del producto en el más absoluto de los ridículos. La opción más inteligente para enfrentarse a ella es olvidar la sensatez y dejarse llevar por situaciones disparatadas en las que el complejo y la humillación se convierten en la clave para llegar al éxito en la taquilla de nuestro país. Solo así disfrutaremos de un elenco que se mueve como pez en el agua y que incluye nombres como los de Juan Diego, Tristán Ulloa, María Pujalte o Ingrid Rubio, sin olvidar al tándem Cámara-Machi, único e irrepetible.
Firme competidora por la biznaga de oro en el Festival de Málaga, Que se mueran los feos nos libera del complejo de industria mediocre en cuanto a éxitos en taquilla con una propuesta que exprime la tontería con el único motivo de llenar las arcas del cine español. Bienvenida sea entonces.