No hay nada como volver al redil. El director Sthepen Frears lo sabe. Si no se lo creen, echemos un vistazo a su filmografía y nos daremos cuenta de que el enorme potencial que posee disminuye siempre que se deja atrapar por la maquinaria de los grandes estudios, aunque todos conozcamos la ruptura a esa norma llamada Las amistades peligrosas.
Con eso no se trata de dar por hecho que los productos de encargo le resten credibilidad a la hora de narrar historias, pero si es cierto que algunas producciones reflejan la ausencia de una personalidad fílmica muy trabajada a lo largo de su fructífera trayectoria (ejemplo claro, Héroe por accidente, que bien podía estar firmada por otro director ya que no hay ni rastro del sello “Frears”).
El regreso del cineasta inglés al cine más comprometido socialmente siempre le ha reportado enormes alabanzas por parte de crítica y público. Tras el desliz estadounidense de la ya nombrada y Mary Reilly, Frears volvió a su país demostrando cómo las historias más cercanas pueden convertirse en pequeñas joyas cinematográficas (las comedias Café irlandés y La camioneta, o el drama Liam así lo confirman).
Con el estreno de Negocios ocultos bajo el brazo (aunque la película llegue con dos años de retraso), Frears vuelve a sus orígenes sumergiéndose en el tema de la inmigración como ya hiciera en Mi hermosa lavandería, sólo que esta vez con un trasfondo mucho más dramático. La acción discurre en un Londres sombrío. Alejados de cualquier atisbo de estabilidad, sobreviven un variopinto número de inmigrantes ilegales: un nigeriano que no puede permitirse el dormir al desempeñar dos trabajos que le acaparan las 24 horas, una turca que sólo sueña (Audrey Tautou), y un español encargado de un turbio negocio (Sergi López, apostando una vez más por personajes interesantes).
Se nota que Frears se siente mucho más cómodo rodando filmes de corte intimista, dado que los personajes cobran vida de forma consistente y les dota de toda la ternura de la que es capaz. Así el espectador comparte y sufre las desventuras del grupo de extranjeros que se desviven por salir adelante en un mundo ajeno a sus necesidades, y en el que tienen que soportar toda clase de humillaciones.
Largometraje de sólido discurso, Negocios ocultos se presenta como una opción necesaria en nuestras carteleras por fijar su atención en una temática actual donde el cariño hacia sus personajes siembra las bases de un drama por encima de la media.