Sandra Vega (Victoria Abril) es una locutora de radio. Escucha las voces del desamor en su programa Confidencias. Cuando cierra el micrófono cada día, Sandra muestra que su tono de voz es agresivo y que toda su dulzura radiofónica es pura pose. Dice que es feminista, aunque odiar a los hombres no sea precisamente la definición de feminismo. Un antiguo amor italiano la ha dejado completamente acorazada para el amor: consejos doy que para mí no tengo.
Óscar (Javier Veiga), un joven que perdió a su novia gracias a los consejos de Sandra, decide vengarse de ella e inmiscuirse en Confidencias. Óscar crea un personaje, Dani Danissimo, quien acapara el protagonismo del programa en cada llamada. Sandra comienza a perder los nervios.
Óscar no está jugando limpio. Dirige una escuela donde enseña el arte de la seducción, y, día a día, llama a la radio repitiendo las poesías y piropos que crean sus alumnos durante las clases. Los alumnos también comienzan a perder los nervios. Un lío de guardería se desencadena en estas dos horas de película. Nada de emoción. Nada de intriga. Nada de interés.
Escuela de seducción es, según su director, Javier Balaguer, alta comedia. Por su ritmo o timing, por su intensidad interpretativa, por no se sabe muy bien qué. Quizás, si el guión se sostuviera, el ritmo y todo lo demás tendrían algún efecto. Pero casi todos los personajes van a nado en medio del océano y llegan a tierra porque tienen que llegar, no porque sepan hacia donde van. Entre los secundarios, destacar a Neus Asensi, al polifacético Pepe Viyuela, al siempre correcto Emilio Gutiérrez Caba, y a Petra Martínez, Rocío Calvo y Daniel Ortiz. Trabajan muy bien su papel en medio de la nada.
Javier Veiga demuestra que vale mucho para los monólogos de El club de la comedia, y que trabajar con Victoria Abril le queda un poco grande.
Por último, reseñar que Javier Balaguer debe de ser un gran seguidor de Alejandro Sanz. No se contenta con dedicarnos dos canciones en la banda sonora, sino que nos deleita sin venir a cuento con el video completo de Alejandro interpretando Corazón partío en concierto. En los títulos de créditos, No es lo mismo. Pero claro, ya no es lo mismo, porque ya te puedes ir.