El firmante de Kick-Ass y la próxima X-Men: First Class, Matthew Vaughn, ha efectuado unas sorprendentes declaraciones a la página web Hero Complex en las que asegura que aceptó dirigir la precuela de la franquicia mutante porque “no creo que vuelva a tener más de dos o tres oportunidades de involucrarme en una película de superhéroes, y menos en una de gran presupuesto”.
Vaughn afirma haber detectado en el público cierto hastío ante la avalancha de cine basado en cómics protagonizados por supertipos enmascarados, que continuará en los próximos años con títulos como Thor, Green Lantern, Capitán América, Los Vengadores, la tercera entrega del Batman de Chris Nolan y la propia First Class. Para el cineasta británico, se están rodando demasiadas películas de este género sin los controles adecuados de calidad, lo que llevará en breve a minar su credibilidad.
Concluye Vaughn que tal decadencia no sería ninguna tragedia: “el ámbito de los superhéroes está superpoblado, y todavía no está claro que le interese a un público generalista; puede que hayamos confundido el entusiamo de los fans con una demanda más amplia. Lo más lógico es que al género le toque descansar como les ha sucedido en otras épocas al western o a la ciencia-ficción”. Más de un analista achaca el pesimismo que desprenden las palabras de Vaughn al hecho de que Kick-Ass, una película en la que su responsable había depositado muchas esperanzas creativas, no ha sido ni de lejos el éxito que se preveía.