Una cría de demonio es enviado a la Tierra para preparar el Apocalipsis. Sin embargo, en lugar de recogerlo el grupo de adoradores de Belcebú que le esperaban, se hace cargo de él un hombre bueno, un científico que querrá estudiar y educar al demonio. El profesor le enseñará ética y los valores de los hombres. En las década siguientes el demonio plantará cara a las abominaciones que provenientes del infierno vengan a acabar con el mundo de los humanos. Este es el planteamiento del comic book Hellboy, la consagración del dibujante y guionista Mike Mignola en el noveno arte. Guillermo del Toro, aficionado a los monstruos y al cómic, ha tenido el respaldo de la industria para hacer la versión cinematográfica de un tebeo de culto pero no de ventas espectaculares.
Guillermo del Toro no se esconde. Responsable de tanto guión como dirección cualquier cosa que haya ido mal ha sido cosa suya. Añadiría que lo que ha ido bien es más responsabilidad de la obra original de Mignola que de él. De la película me quedo con la idea principal, que da más que de pensar de lo que a simple vista parece, o los peliagudos personajes, que le dejan a uno tremolando en la silla.
Desgraciadamente, el tratamiento que le da Del Toro a toda esta información, a pesar de su juventud y ser un tipo enrollado, es totalmente convencional. Hellboy posee la estructura y recursos propios de las superproducción de superhéroes que cada año se anuncia en cartelera. Del Toro no ha aprovecha las manos libres de que se jacta que ha tenido para hacer una película tan sorprendente como lo es el cómic. Emplea tópicos cocidos al gusto de la masa, como el personaje de John Myers, un coprotagonista guapo y sensible balance del infernal Hellboy, (si le tenían que buscar un amigo hubiera sido mucho mejor un freaky), las cuadrillas de monstruos con estética alien y la relación triangular entre los dos coprotagonistas y la chati. Las intenciones de Myers (Robert Evans) con la novia de Hellboy (Selma Blair) son absurdas y peor aún, están muy poco trabajadas. Se puede ser todo lo fantasioso que se quiera, pero las personas personas son y sus emociones merecen un respeto. En realidad pasamos por esta montaña rusa sin empatizar especialmente con nadie.
El film ha funcionado muy bien en taquilla y Ron Perlman volverá a interpretar al chico del infierno en 2006. El que quiera acercarse al original, puede comprar los álbumes de la Dark Horse que edita en España Norma Editorial.