“The door in the floor” puede significarle su quinta candidatura al oscar, pero parece no importarle. Hace años que decidió “ser la antítesis de las estrellas de Hollywood” a pesar de los más de cincuenta personajes a sus espaldas. Más cercano a su papel en “El gran Lebowski” que al de figura del cine, se acomoda para darnos a conocer al verdadero Jeff Bridges.
Esos fueron sus comienzos, ahora ¿como prepara sus papeles?
Abordo mis papeles como si se tratara de un juego de niños, finjo como cuando era pequeño, esto me lo enseñó mi padre. Mi padre transmitía amor por la profesión y su entusiasmo en el plató era contagioso, eso es lo que yo intento hacer con mi trabajo, y disfrutar trabajando esta profesión es elegida y me encanta.
¿Y qué me dice de su madre?
Mucho del mérito que tengo como actor se lo debo a ella, próximamente voy a editar un libro que se llama “Me has pillado besando” que compone poemas de amor que mi madre dedicó a mi padre, ellos estaban muy enamorados y eso creo yo que se contagia y se nota; los hijos hemos intentando imitarlos hasta en eso.
¿Y su esposa Susan? hábleme de ella.
La conocí en un rodaje y llevamos casados más de veintisiete años y somos felices, me ayuda, me aporta mucho equilibrio y armonía y eso en un mundo tan loco, es muy importante.
¿Cree que seguirán sus pasos sus hijas?
Te digo la verdad, no tengo ni idea, yo no las animo ni lo contario, pero no me extrañaría porque creo que tienen cualidades.
En la mayoría de sus interpretaciones podemos ver a personajes muy alejados unos de otros, ¿por qué?
Precisamente para que no me suceda lo mismo que a mi padre, que a pesar de ser un gran actor con una formación clásica muy importante, le encasillaron y siempre le ofrecían los mismos papeles, yo no quiero que esto me suceda, seria muy frustrante y ofrezco a los realizadores todos mis registros que creo que son muchos. A mi siempre me encanta ir al cine y que me sorprendan y eso es lo que me gusta que le suceda al público que viene a verme.
Y su pasión por la fotografía, todos hemos de tener el placer de ser fotografiados por usted en un intercambio muy interesante de papeles, pero ¿de donde sale esa pasión?
(ríe) Compagino mi trabajo de actor con el de dibujante, ya visteis alguno de mis trabajos, músico y fotógrafo; esta última pasión por la que preguntas la adquirí siendo muy joven Susan (mi mujer), me regaló una Widelux, que es una máquina panorámica, y a partir de ese momento he tomado fotos de todos los rodajes en los que he participado y después he hecho un pequeño álbum que he regalado a todos los miembros del equipo de la película. Es algo que me encanta hacer desde hace mucho, ver el mundo a través de la cámara y después conservar la imagen.
Todos los actores que han venido por San Sebastián recientemente se han definido políticamente, me gustaría saber su posición política.
Es una época difícil y en la que todo está en el aire. A pesar de todo necesito saber que las cosas se pueden hacer mejor y confío en ello, yo siempre he seguido mi instinto para elegir papeles en el cine; en política haré lo mismo y mi instinto me dice que vote a Kerry, y eso es lo que pienso hacer, votara Kerry.
¿Qué le queda a Jeff Bridges por hacer?
Espero que me queden muchas cosas aún por delante, estoy preparado, mi carrera no ha hecho más que comenzar.