La película nunca llega a explotar sus propias posibilidades debido a un decepcionante guión.
Ga’Hoole, la leyenda de los guardianes supone el debut en el terreno de la animación digital para Zack Snyder, después de que sorprendiera con su revisión del mítico filme de George A. Romero, Amanecer de los muertos, y nos brindara la adaptación de dos celebradas novelas gráficas, 300 y Watchmen, demostrando que su imaginería puede adaptarse a cualquier historia, incluso a aquellas que se dirigen a un público mayoritariamente infantil.
Puede incluso producir cierto reparo contemplar una cinta únicamente protagonizada por búhos parlantes. Snyder, consciente de esta limitación, ha rizado el rizo con la recreación de unas aves perfectas en sus caracteres y fisonomías para ir más allá de una historia prototípica y eterna sobre el enfrentamiento entre las fuerzas del Bien y del Mal. La estilización arrebatadora, orquestada con una elegancia inusual y un aprovechamiento de recursos estéticos in extremis, está a la altura de la que habíamos podido atender en 300.
Técnicamente, se trata de una película sin posible mácula. Las afamadas lechuzas ofrecen una expresividad insólita, sus imágenes impactan y el 3D pasa por ser uno de los más logrados que hemos podido ver en pantalla recientemente. Por este motivo, el desengaño es aún mayor: pese a contener una animación fascinante, la película nunca llega a explotar sus propias posibilidades debido a un decepcionante guión que no consigue vuelo digno.
Pese a que su minutaje no excede la rigurosa hora y media, su historia –exceptuando su prólogo y conclusión- resulta alarmantemente vacía, con profusión de personajes que no logran socavar emoción aunque cuenten con sobrados atributos para el objetivo. Es como si el mejor Pixar se hubiera adherido a una narrativa pobre, entreteniéndose en andanzas necias que compiten por rellenar un metraje que no es excesivo pero demuestra que no tiene nada que contar.
Pese a todos los esfuerzos de Snyder por ofrecer un espectáculo deslumbrante y dotar a su propuesta con un tono tenebroso que entronque con sus propios parámetros (lo que puede conllevar un alejamiento de las audiencias familiares), Ga’hoole, la leyenda de los guardianes es una obra débil. Si bien se eleva en ciertos pasajes en que su lenguaje narrativo se engarza en el de una fábula, finalmente el conjunto pierde su bandada debido a esa sensación de innecesariedad que deja, demostrando que una mala trama puede desmerecer las credenciales de un gran realizador.