The Town' aporta ingredientes por encima de la media de películas del género.
Ben Affleck no cae bien. A él y a su amigo Matt Damon se les auguraba una brillante carrera tras recibir el Óscar al Mejor Guión Original por El Indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997), en la que ambos también actuaban. Sin embargo, lo que en la carrera de Damon ha sido un rosario de éxitos y aciertos en la de Affleck ha sido un camino lleno de patinazos: Dogma, Pearl Harbour, Daredevil, Paycheck...
Ambos actores han caracterizado su carrera por intentar huir del estereotipo de guaperas que parecía iba a encasillarles rápidamente. Damon lo ha conseguido a fuerza de labrarse un prestigio de actor en productos serios que incluyen colaboraciones con los Coen y Clint Eastwood, por ejemplo. Affleck optó por reírse de si mismo y descuidar ciertas elecciones de proyectos que le hubieran situado en otro lugar. Puede que el acercamiento a la cuarentena y el creciente prestigio de su hermano Casey Affleck como actor y recientemente como realizador, hayan supuesto un importante estímulo.
Tras haber realizado la estimable Adiós, Pequeña, Adiós (2007), Affleck se encuentra con la llamada del estudio que le propone dirigir la cinta que también iba a interpretar tras la retirada del director. Tras reescribir el guión original de Peter Craig sobre la novela Príncipe de los Ladrones de Chuck Hogan junto a su colaborador Aaron Stockard, Affleck se embarca en un proyecto del que será el máximo responsable creativo. Aunque pueda parecer una apuesta demasiado brava, Affleck no es neófito en ninguna de estas tareas: así lo atestiguan un par de guiones, otro par de cortos y el largo mencionado, así como responsabilidades de producción en una docena de proyectos para cine y TV.
La trama responde a una estructura de thriller canónica, en la que un inteligente atracador de bancos desea retirarse para empezar una vida nueva. Como es normal, encontrará serias reticencias legales y ambientales para lograrlo, así como el estímulo de un nuevo amor que le hace vislumbrar cómo sería la vida sin estar fuera de la ley. Hasta aquí, todo normal.
Sin embargo, The Town aporta ingredientes por encima de la media de películas del género: la recreación de los atracos, la explicación del funcionamiento de la banda y el acierto del reparto.
Affleck sorprende con una eficaz planificación de las secuencias de acción, contundente y sin alardes, donde no se pierde en ningún momento la localización espacial de los elementos, incluso en la brillante persecución de coches por las estrechas calles de Boston. Por su parte, el guión se preocupa de dotar a los personajes del pasado necesario que justifica sus acciones en el presente: la sensibilidad y sabiduría delicitiva del protagonista, la violencia y fidelidad de su compañero de banda, la dependencia afectiva de su novia de barrio... exceptuando el desdibujado agente del FBI interpretado por John Hamm (Mad Men) y el absolutamente inverosímil personaje de Rebecca Hall, el resto de retratos se pueden contar por aciertos.
La excelente elección para los roles secundarios juega la última baza a favor de The Town. Basta ver aparecer el enjuto rostro de Pete Postlethwaite mascando chicle en la floristería para que te tragues que se trata de un capo del barrio de toda la vida. Y sin trajes con brillo, ni ademanes del Actor´s Studio. Algo parecido sucede en la única secuencia de Chris Cooper interpretando al padre del protagonista. Por no hablar de Jeremy Renner (En tierra hostil), la auténtica reencarnación de Joe Pesci en las cintas de Scorsese... se masca el peligro cuando aparece.
The Town resulta un interesantísimo producto comercial, por encima de la media en su género, con dos o tres momentos insólitos y brillantes en su narración (la escena del policía mirando a otro lado representa el auténtico tema de la cinta) y una buena calidad interpretativa. Affleck consigue así apuntarse un excelente tanto que, más allá de sus evidentes limitaciones como actor, le dan nuevo crédito frente al público y la crítica.