La película
Interpretado Merrin por Stellan Skarsgard, conocido especialmente por intervenir junto a Emily Watson en Rompiendo las olas de Lars von Trier, el papel de joven Padre Francis le corresponde a James D’Arcy (teniente primero de Russell Crowe en Master And Commander). Ambos formarán una tensión por el distinto estado de su fe cuya influencia será clave en el desenlace. Al servicio del director Renny Harlin, si bien este es conocido especialmente como realizador de cintas de acción tipo La jungla 2, Máximo riesgo, Deep Blue Sea o recientemente Los Cazadores de Mentes, inició su andadura en el cine dentro del suspense con otras como Pesadilla en Elm Street IV. En esta ocasión, tuvo que dirigir gran parte de la película con muletas al resultar atropellado nada más iniciarse el rodaje en Roma. “Ésta no es una historia fantástica”, comentaba Harlin, quien tuvo mucho tiempo para reflexionar mientras permanecía sentado por su lesión en los descansos del rodaje. “Es una historia muy primaria, sobre Dios y sobre el diablo. Sin uno de ellos, no puede existir el otro. Así que, si crees, tienes que creer en ambos”.
El guión de Alexi Hawley, con escaso curriculum pero varios proyectos en marcha, está basado en una historia de William Wisher (colaborador de Cameron en Terminator 2: el juicio final) y Caleb Carr, escritor a su vez de ficción y temas militares y políticos.
Desde los estudios de Cinecittà romanos se rodó íntegramente una historia que deambulaba entre África, El Cairo y Holanda. Para ello se construyeron decorados de grandes proporciones; Steffano Ortolani como diseñador de producción se encargó de recrear monumentales escenarios a los que por orden del director se les dio un aspecto gastado, para dar la creíble sensación de antigüedad en donde cualquier cosa parece posible. Si los efectos especiales del año 1973 eran sorprendentes para la época, en el 2004 hay poco margen para la sorpresa, de ahí que todos los recursos visuales se pusieran en la captación de atmósfera. A propósito del original, Gary Tunnicliffe, supervisor de efectos de maquillaje que ha trabajado en las series Hellraiser y Halloween, y Sleepy Hollow de Tim Burton, afirmaba que “el exorcista es de visión obligada para los encargados de efectos [...]Ha soportado el paso del tiempo tan bien porque te toca tanto a nivel cerebral como físico. Hay películas de terror que sólo te afectan a nivel visceral, y hay otras que te afectan a nivel mental. El exorcista tiene ese doble efecto”. Tunnicliffe no dudó en ponerse en contacto con el encargado de maquillaje de la primera entrega, Dick Smith quien compartió con él algunos trucos de su forma de trabajar. Bastantes de los elementos tradicionales que se utilizaron entonces, volvían ahora para volver a dibujar la cara del mal.
Habrá que ver si resulta tan diabólica como hace más de 30 años.
