La adaptación de una biografía -máxime cuando hablamos de una figura de la talla de Cassius Clay/Muhammad Ali, alguien que pese a la fuerza de sus puños ganó mayores contiendas con sus ideas-, es terreno fértil para los excesos y las distorsiones. Ayuda a evitar este mal, el hecho concreto de contar con una historia lo suficientemente interesante como para evitar meter ficción en el lugar equivocado. Pero si bien ahí se tiene un apoyo, cabe de nuevo perderse en exageraciones de orgullo racial algo manidas, y buscar emociones demasiado conocidas para que sigan torturando la conciencia social del espectador.
Puede, eso sí, que durante más de dos horas alguien llegue a sentir cansancio. Los combates (perfectamente recreados, sin excesos 'Rocky' y con mucha intensidad), las batallas legales, los idilios interminables del hiperactivo Ali... eso y mucha historia, algunas lagunas de vocación reflexiva y un claro empeño de recrear una época, pesan mucho. Pero si se ha conseguido evitar caer en los defectos antes citados, hay que concluir que la historia del boxeador más grande de la historia, está lo suficientemente bien reflejada como para cumplir con su función. Atender a los detalles de carácter puro, con defectos humanos alrededor de sus virtudes sobrehumanas, consiguen que el personaje protagonista esté bien alimentado -y no se trata de hablar del aumento de peso de Will Smith, quien hace una muy buena actuación- y la adaptación sea digna, aunque quizá no más divertida de lo que el género le permite.