La semana pasada se estrellaba en el Congreso la llamada Ley Sinde, que, entre otros aspectos, preveía acabar con las descargas ilegales de material protegido por los derechos de autor.
El presidente de la Academia Española del Cine, Álex de la Iglesia, publicaba en el diario ABC pasadas unas horas un artículo en el que, lejos de sumarse a la postura oficial sobre la piratería y a los lamentos del mundo de la cultura por el fracaso de la Ley Sinde, reclamaba cambiar de modelo de mercado: “la red ha cambiado el mundo y la cultura debe someterse a una auténtica reconversión industrial […] Como todos, vivo en internet, soy internauta”.
“El problema no está en el enfrentamiento de los intereses de creadores e internautas, está en los personajes que encauzan los intereses de ambos”, reflexionaba De la Iglesia en su escrito (en el que aprovechaba para atacar frontalmente la pasividad de las operadoras telefónicas, beneficiadas por la piratería). Del dicho al hecho: el presidente de la Academia ha decidido reunirse el jueves 30 de diciembre con representantes de la Red para transmitirles el sentido real de la Ley Sinde y acercar posturas de cara a la regulación de las descargas ilegales.
De la Iglesia no espera acuerdos inmediatos ni buscar culpables, solo desea buscar una solución que satisfaga a las partes: “Hablaré con gente contraria a la Ley Sinde y gente que está a favor de la misma. Lo que unos y otros comparten es su conocimiento de Internet, del consumo de cultura y ocio en la Red. Todos ellos están a favor de hablar, y eso es justamente lo que vamos a hacer”.