Puede que el estadounidense James Gray sea uno de los grandes cineastas ocultos del panorama contemporáneo. Little Odessa (1994), La otra cara del crimen (1999), La noche es nuestra (2007) y Two Lovers (2008) han consagrado a Gray de cara a la crítica mundial, pero ni los espectadores ni quienes deciden la concesión de premios varios se han fijado todavía en él.
Puede que las cosas cambien con el próximo proyecto de Gray: The Gray Man, un thriller de alto voltaje basado en la novela homónima de Mark Greaney, que ha escrito Adam Coazd (responsable asimismo junto a Anthony Peckham del guión de Moscow, relanzamiento inminente de la franquicia Jack Ryan). The Gray Man es la historia de un operativo de la CIA forzado por las circunstancias a recorrer Europa contra reloj transformado en un asesino implacable.
Un argumento que recuerda poderosamente al de la saga Bourne, aunque James Gray se ha apresurado a desmentir las semejanzas: “Paul Greengrass aplicó a El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne un tratamiento objetivo, pseudo-documental. Yo voy a hacer exactamente lo contrario, para humanizar al personaje principal de The Gray Man y no permitir al espectador disociarse de sus peripecias”. Una aproximación que ha llamado la atención de Brad Pitt, muy interesado en protagonizar la película si se lo permite el rodaje de Cogan’s Trade.