Los profesionales de Hollywood, desbordados por las entregas de premios.
[16 / 02 / 2011]
Casi dos meses (enero y febrero) dura ya en Estados Unidos la llamada “awards season”, durante la que todo tipo de instituciones entregan premios a las películas producidas durante el año anterior. Ceremonias, fiestas, proyecciones, entrevistas, se suceden hasta el punto de colapsar las agendas de los convocados, impidiéndoles desarrollar como habitualmente su faceta creativa y hasta su cotidianeidad. Para Ben Affleck, la temporada de premios parece haber devenido “tan definitoria de mi vida como la primavera, el verano, el otoño y el invierno”. Para Jacki Weaver (nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por “Animal Kingdom”) se trata de un trabajo duro, casi de participar en campañas militares sucesivas, ya que “estamos siendo escaparates de una industria que mueve miles de millones de dólares”. Hans Zimmer, músico candidato a los Oscar hasta en nueve ocasiones, da un consejo práctico aportado por su agente: “No digas ninguna estupidez si te llega el turno de subir al estrado o te ponen delante un micrófono”. Y en cuanto a Hailee Steinfeld, nominada como Weaver al Oscar como mejor actriz secundaria por “Valor de ley”, se aprecia que solo tiene catorce años cuando afirma: “Mis padres siempre me han dicho que, si me estoy divirtiendo, entonces estoy en el sitio adecuado. Y, por ahora, no solo me lo estoy pasando bien sino que adoro todo esto. Así que, todas las ceremonias son para mí sitios adecuados”.