A los 79 años de edad, y tras dos meses de hospitalización, ha fallecido debido a una insuficiencia cardiaca la actriz británica Elizabeth Taylor, nacida en 1932. Su gran belleza, realzada por unos impresionantes ojos color violeta, le procuró la fama en el cine desde pequeña, aunque supo evolucionar como actriz adulta gracias a su no menos enorme talento, que le hizo ganar dos Oscar por sus interpretaciones en Una mujer marcada (1960) y ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), así como otras tres nominaciones por El árbol de la vida (1957), La gata sobre el tejado de zinc (1958) y De repente, el último verano (1959).
Su temperamento traspasó la pantalla para concretarse en la vida real en ocho matrimonios, dos de ellos con el también actor Richard Burton (1925-1984). Burton y Taylor vivieron una apasionada y tormentosa historia de amor que fue la comidilla social de la época.
Aparte los citados, otros títulos relevantes en la Historia del Cine que contaron con Liz Taylor fueron La cadena invisible (1943), Mujercitas (1949), El padre de la novia (1950), Un lugar en el sol (1951), Ivanhoe (1952), Gigante (1956), Cleopatra (1963) y Reflejos en un ojo dorado (1967). A partir de la década de los setenta quedaría confinada en el ámbito televisivo, y a la larga prefirió consagrar su tiempo a labores humanitarias.