Acaba de estrenar en España Días de Santiago, su primer largometraje en que explora en la díficil realidad de excombatientes peruanos. Contando la vida de Santiago Román, un soldado de 23 años que pretende reinsertarse, refleja la decadencia de Lima una ciudad hostil y caótica a la que es difícil acomodarse.
¿Es este tu primer largometraje?
Sí, en principio iba a ser un corto, pero fue tal el material que acumulamos, que decidimos hacer el largo.
¿De dónde nace la idea argumental?
La trama está ficcionada. Es la mezcla de cosas reales contadas por el verdadero Santiago (la soledad, sus paseos...) y partes de ficción (familia, entorno) que reflejan el caos. Trata también el tema de los excombatientes peruanos, especialmente tras el fin de la guerra con Ecuador, en 1998, jóvenes trastornados y sin apoyos en la
sociedad que querían el apoyo del Estado y no lo
consiguieron. La película pretende ser neutral.
Queríamos una película de tema universal, sin nombrar
presidentes, ni hechos concretos. No me postulo a
favor de ni en contra, sólo muestro el problema.
La película quizá contiene demasiada información ¿no crees?
Sí, asumo que el guión resulta algo confuso. La narración debería estar mejor estructurada. En cualquier caso la película es más de foto y dirección que de guión.
La estética es muy personal y arriesgada. Se nota que has tomado decisiones claras.
La estética ha supuesto todo un esfuerzo. Tiene colores muy vivos, intensos, como los ve Santiago en la realidad. Va de cálidos a fríos. Es experimental en cuanto a las imágenes, estoy muy contento con el resultado visual.
Lo que si se aprecia es que no habéis contado con un gran presupuesto.
Es una película de bajo presupuesto. Hemos tratado de amoldarnos a ello desde el comienzo, sin pretender cosas imposibles debido a esta carencia de dinero.
¿Y cómo está funcionando en taquilla?
Está yendo muy bien. En Lima estuvo ocho semanas en cartel y actualmente en París lleva otras tantas. La pena es no poder mostrarla por el resto de Sudamérica, salvo en festivales, al no haber acuerdos de distribución entre nuestros países. Este es un problema muy grande en el cine sudamericano: la falta de distribuidores que arriesguen.
Veo, en "Días de Santiago" algunas
influencias de otros directores, especialmente de
Scorsese.
Sí no cabe duda. Son pequeños homenajes.
Especialmente de él, de Taxi driver, por el tema; pero también hago guiños a Godard, Passolini, Tarkovski...
¿Trabajas en otro proyecto?
Si, estoy escribiendo un guión sobre la decadencia de la clase alta limeña. Espero poder rodarlo en el 2006. Quiero tratar temas ambientados en Perú en mis proyectos. Hay muchas cosas que contar sobre mi país y muchas imágenes que mostrar.