Madrid le dio ayer el último adiós, justo en el mismo teatro que le vió representar su último trabajo. Las lágrimas y aplausos protagonistas en su la gala de los nominados de los Goya.
Fue actor de reparto en películas como Plácido, Atraco a las tres, Las bicicletas son para el verano, La escopeta nacional o las dos Oscarizadas españolas Belle epoque y Volver a empezar. Agustín González, fallecido de una neumonía, tenia 74 años, y se llevó una sensación que siempre comentaba a quien le preguntaba si había logrado el personaje de su vida, no haber logrado ese papel protagonista que si le dio el teatro.
Pero en el recuerdo del cine español, será el del actor secundario que tan buenos momentos hizo pasar, el sacerdote de La corte de Faraón o en las tres partes de La escopeta nacional, Patrimonio nacional y Nacional III, que dirigió el Luis García Berlanga. Era tan habitual en sus películas como en las de José Luis Garci o Fernando Trueba.
En total nos deja más de 170 trabajos, desde su debut a las órdenes de Juan Antonio Bardem en 1952 .
Premios y reconocimiento
Fue nominado a los premios Goya en cuatro ocasiones, obtuvo la Medalla de Bellas Artes en el año 1993 y en 2004 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en el mismo escenario madrileño donde representó su última obra Tres hombres y un destino. Este último trabajo no terminó de representarlo porque tuvo que abandonar por la neumonía que le costó la vida. Los carteles de Madrid todavía le anuncian en su último trabajo sin acabar, Cinco semanas improrrogables” reza el anuncio.
Lopez Vázquez, que recibirá un homenaje de la Academia del cine español el próximo treinta de enero, en la Gala de los nominados no fue capaz de decir ni una palabra, lo mismo que su otro compañero, Manuel Alexandre quien lloraba sin parar en la despedida del actor, las palabras tampoco le salían del alma.
Su último trabajo fue a las órdenes de Garci en Tiovivo c. 1950..
En esta como en otras películas dejó recuerdo en el rodaje de su sentido del humor , además de su buen hacer en el cine y en el teatro. Se da la circunstancia de que su muerte ha coincidido con la aparición de un libro biográfico en el que colaboró con la autora del mismo, Lola Millás, con quien mantuvo largas horas de entrevistas. Dicho libro forma ya parte de su legado, su herencia de pensamiento, pero su mejor herencia sin duda es su trabajo.