De la misma forma que ha sucedido en Estados Unidos esta semana, se impone la cuarta entrega de la saga de Piratas del caribe. Parece que su espectacularidad visual y el carisma de sus actores valen de sobras el precio de una entrada de cine. Ha logrado sobrepasar los seis millones de euros en sus primeros días, cifra que no veíamos en un estreno desde hacía muchos meses. Woody Allen y sus romances parisinos siguen convenciendo al público y se sostiene en segundo puesto, mientras que el bronce es para Liam Neeson y su pérdida de identidad.