Siempre que en Hollywood acaban como el rosario de la aurora los integrantes de un determinado proyecto, las partes implicadas suelen aludir al término convencional "diferencias creativas", eufemismo bajo el que con los años suele descubrirse un culebrón tanto o más interesante que lo visto en pantalla.
En esta ocasión, hasta los responsables de dos películas en marcha a la vez alegan diferencias creativas: los de Akira, adaptación en imagen real del manga/anime de Katsuhiro Otomo, que han decidido prescindir como director de Albert Hughes (El libro de Eli); y los de Uncharted: El Tesoro de Drake, versión del videojuego homónimo desarrollado por Naughty Dog y publicado por Sony para PlayStation 3 (en la imagen), que ven como abandona el barco su realizador previsto, David O. Russell (The Fighter).
Todavía se desconocen en ambos casos las razones oficiales. Aunque, en el caso de Akira, se especula con que el reciente no de Keanu Reeves a protagonizar la película, podría haber puesto en la cuerda floja la visión que Albert Hughes pretendía dar al manga de Otomo.
En cuanto a Uncharted, lo cierto es que las ideas de David O. Russell (hacer de la película un espectáculo irónico y cuasidramático), muy contestadas por los aficionados, parecen haber acabado con la paciencia de la productora del film, Sony/Columbia, que apuesta por un gran espectáculo taquillero.
Además, como le ocurrió a Darren Aronofsky con The Wolverine, que desechó tras comprobar que el éxito de Cisne negro le permitirá disponer de libertad creativa para propuestas más personales durante un tiempo, Russell habría confiado a sus amigos que los dos Oscar y cierta popularidad obtenidos por The Fighter le otorgan en la industria del cine un respiro, que le libera de atarse durante los dos próximos años a las presiones y cortapisas que lleva implícita la realización de una superproducción como Uncharted.