Muchos actores siguen rindiendo, incluso después de muertos, gracias a los contratos que firmaron en su momento con las compañías de los films que protagonizaron. De hecho, sus herederos y los representantes de su legado se ven obligados muchas veces a luchar por lo que lograron las estrellas, ya que poco a poco los contables de las productoras van haciendo malabarismos con las cifras para dejar de pagar lo que se debe.
Es al parecer el caso de Charles Bronson, estrella del cine de acción fallecida en 2003. Representantes de su legado han acusado a las productoras Warner y Metro-Goldwyn-Mayer de incumplimiento de contrato, malas praxis contables y enriquecimiento ilícito por no abonar cantidades que se estiman adeudadas por los trabajos de Bronson en Teléfono (producida por MGM en 1977) y El temerario Ives (producida en 1976 por Warner).
En ambos casos, los litigantes afirman que los estudios no han abonado ni al actor ni a sus herederos todo lo estipulado por las emisiones televisivas de los títulos citados, cuando en su momento se firmó que Bronson recibiría entre el 10 y el 15 por ciento de los ingresos de distribución de las películas en cualquier medio. Además, se culpa a MGM y Warner de calcular interesadamente las ganancias generadas por la distribución videográfica de Teléfono y El temerario Ives, a fin de menoscabar lo que hubiese correspondido a Bronson.