El cine español ha perdido 3 millones de espectadores, y no sabe dónde buscarlos. Podría pensar que han cambiado de aficiones, que han desertado de la gran pantalla y han buscado refugio en el DVD, en la creciente venta de los 'home cinema' para disfrutar de la tranquilidad de sus casas...
Pero no. El público que acude a las salas se ha visto incrementado en el 2004, por lo que la deserción es exclusivamente sobre el producto español. Sólo tres películas en la lista de las más vistas, y habría que ver cuánto ha contribuido Mar Adentro a las estadísticas, cómo de alarmante habría sido sin su empuje.
Con todo, lo más preocupante son las respuestas dadas por el productor José Antonio Félez. Preguntado acerca del posible descenso de calidad teniendo en cuenta que el número de cintas se ha mantenido, afirmó al respecto que "esa reflexión es perversa", y sobre las soluciones al problema "más subvenciones". Es decir, que el erario público pague las películas que los contribuyentes no desean ver.
Quizá se podría rebuscar en el tono solidario de su temática: ¿cuántas producciones más hacen falta sobre el desempleo o el maltrato a mujeres? ¿es esa la forma de atacar a la reincidencia del cine de Hollywood?
Este dato, revelado a menos de dos semanas de los Goya debería hacer reflexionar sobre la forma de competir. Lo aconsejable sería no sólo plantear una película desde la recaudación pública, si no buscando la forma de atraer más público a sus salas, y si lo que falla es la promoción, buscar la forma de incentivarla.