Un ejercicio habitual en los cineastas consagrados es hacer una película en un solo escenario. Es muy difícil, tienen que tener una muy buena historia que contar para poder llevarlo a cabo. Curiosamente muchos directores jóvenes se ven abocados a historias con pocas localizaciones por los bajos presupuestos de que disponen. Pero Domicilio privado no es ni lo uno ni lo otro. Su director, Saverio Constanzo, no es un neonato en la ficción documental ni un experimentador de su oficio, sino que tiene una historia tan buena, tan directa y tan cercana que los decorados vienen servidos y, en definitiva, no podían ser más que los que son. Una casa.
Domicilio privado cuenta la historia de la familia formada por Samia (Areen Omari), Mohamed (Mohammad Bakri), profesor y director de uno de los institutos más progresistas de Palestina, y sus cinco hijos. Una familia que vive en una casa grande y aislada entre un pueblo palestino y un asentamiento judío. Una cobarde incursión nocturna aloja repentinamente a un destacamento del ejercito judío en su hogar. Su domicilio privado se convierte en trinchera. La familia se queda en la planta baja, el ejercito toma las altas. Ocupados en su propia casa. Una metáfora de la realidad palestino-israelí. Lo complicado para ellos será seguir manteniendo su hogar, quedarse y resistir no es una decisión que todos compartan.
Esta historia te hace estar planteándote durante todo su metraje qué harías tú si estuvieras en una situación similar. Dónde empezaría tu miedo y dónde tu dignidad. La casa poco a poco se va convirtiendo en un cuartel destartalado, pero los soldados y la familia van descubriendo que no todos los que están en una guerra saben por qué están ni están convencidos de lo que hacen. Las guerras, a menudo, son de otros. Casi siempre son de otros. Hay enemigos que no se pueden mirar a la cara, pero también hay quien no busca enemigos.
Basada en una historia real de la que el director y coguionista fue testigo cuando pasó seis meses en Israel para escribir el guión y encontrar al reparto, Domicilio privado reúne a famosos actores palestinos e israelíes en una película sobre el conflicto. Algo que no había ocurrido desde el comienzo de la segunda Intifada. Rodada en terreno neutral, Riace de Calabria (Italia), su filmación no ha dejado de ser otro domicilio privado. Un lugar más de convivencia.
El objetivo principal de Saverio Constanzo era mostrar cómo se vive una guerra desde dentro, en los hogares, a la hora de la merienda con los niños, mientras hacen los deberes, cuando todos cenan juntos, cuando los padres cierran la puerta de su dormitorio y toman decisiones sobre como afrontar el día a día.
La película ha sido galardonada con la Espiga de Plata a la mejor película en Valladolid 2004 y con el Leopardo de Oro a la mejor película y al mejor actor (Mohammad Bakri) en el Festival de Locarno 2004.