Si algo ha aprendido el Hollywood de los últimos años es a adornar lo suficiente sus películas a golpe de talonario como para que el espectador no pueda discutirles a proyectos carentes de toda originalidad la valía de sus aspectos técnicos. Los remakes de Déjame Entrar y Los hombres que no amaban a las mujeres son ejemplos paradigmáticos, pero se anuncian más en el horizonte.
Así, Chris Pine, intérprete del capitán Kirk en la Star Trek de J.J. Abrams (en la imagen), tiene muchas posibilidades de ser el nuevo RoboCop a las órdenes del realizador brasileño José Padilha. Al parecer, los ejecutivos de MGM confían tanto en el tirón de Pine como actor y están tan ansiosos de que la nueva RoboCop sea un éxito (el estudio acaba de salir de una práctica bancarrota) que le habrían ofrecido el papel protagonista del film sin consultar a Padilha, lo que podría augurar problemas en el horizonte.
Actor de indudable peso es Edward Norton (American History X, El increíble Hulk), que negocia en estos momentos ser el villano de The Bourne Legacy, secuela de la trilogía Bourne en la que Matt Damon será sustituido por Jeremy Renner (En Tierra Hostil, Mission Impossible: Ghost Protocol). Enfrentar a muerte en pantalla a Renner y Norton puede ser una estrategia distractiva muy inteligente por parte de los productores de The Bourne Legacy, una película que muchos aficionados perciben como innecesaria y potencialmente catastrófica.
Por último, el pétreo Josh Brolin (No es país para viejos, Jonah Hex) se perfila como protagonista de Oldboy, uno de los remakes más arriesgados que afrontará Hollywood en los próximos años. El film original es un thriller surcoreano que para muchos se cuenta entre lo mejor de la pasada década, y pocos confían en que el director afroamericano Spike Lee (Malcolm X) sea capaz de superar lo logrado en su momento por Park Chan-wook.