El punto de partida de "Los reyes del crimen" resulta al menos interesante.Cinco hombres deciden atracar un casino de Las Vegas vestidos de Elvis aprovechando la convención de imitadores del "Rey" que se celebra en la luminosa ciudad. Ni que decir tiene que el atraco no saldrá como esperaban.
El estreno de la nueva película de Demian Lichtenstein, director surgido de la esfera independiente, llega a nuestras pantallas con dos años de retraso tras su estrepitoso fracaso en Estados Unidos.Está claro que nadie posee las claves del éxito de una producción, y en esta ocasión, la suerte no ha acompañado a este grupo de atracadores que en un principio prometía más, dado su conocido casting. Pero Kevin Costner ya no barre taquillas como antaño y sólo queda una sombra de lo que fue.Su interpretación nos deja fríos(¿ De verdad era el mejor actor para el papel de sanguinario delincuente?), algo que no pasa con el resto del reparto, ciertamente mejor equilibrado,pero no tiremos cohetes antes de tiempo.Y es que el look de esta película se nos antoja un tanto extraño, existe algo en ella que no termina de cuajar.Su director evita todo convencionalismo en la puesta en escena y opta por el tratamiento desmedido de la imagen acelerada, lo que no supone una ayuda desde el punto de vista narrativo sino un estorbo.Luego pasa a rodar las escenas de tiros con aires tarantianos, algo que llega a cansar.Por lo demás, "Los reyes del crimen" no aburre, que no es poco, pero el guión deja bastante que desear.A su favor diré que Kurt Russell convence en el papel de atracador bueno, continuando así con una carrera coherente a la espera del papel de su vida. Kurt y la escena del asalto al casino, rodada con lúcido ritmo, es con mucho lo mejor de esta pasable cinta de atracos.