Más allá de prestar su voz al ogro Shrek en la saga animada de DreamWorks y sus derivaciones para televisión y videoconsolas, Mike Myers lleva un largo tiempo en el dique seco. Posiblemente, debido a los fracasos en taquilla de El gato (2003) y El gurú del buen rollo (2008).
El cómico norteamericano no se ha roto mucho la cabeza a la hora de planificar su regreso al cine de imagen real, optando por resucitar a su personaje más conocido, el del desfasado espía Austin Powers, que ya interpretase con gran éxito en Austin Powers (1997), Austin Powers: La espía que me achuchó (1999) y Austin Powers en Miembro de Oro (2002).
El actor ya tenía listo un primer guión de Austin Powers 4 (escrito como en él es habitual en colaboración con Mike McCullers) en 2008; pero sus pretensiones económicas no fueron aceptadas por los productores de la franquicia. Pasados tres años, Myers parece hallarse lo bastante desesperado como para tragar con la sustancial rebaja en salario y porcentaje de taquilla que le han exigido los ejecutivos de New Line/Warner.