Cuesta quitarse de encima la sensación de que estamos ante un capítulo alargado de la serie.
Apoyándose en su maquinaria publicitaria televisiva, Disney Channel aprovecha los días previos al inicio del curso escolar para estrenar en cines la primera película de Phineas y Ferb, sin duda una de sus series más emblemáticas en la actualidad, así como uno de los productos más fácilmente visibles tanto por niños de diversas edades como por sus siempre sufridos padres.
En A través de la 2ª Dimensión somos testigos de cómo nuestros protagonistas son arrastrados a una Tierra paralela donde el malvado doctor Doofenshmirtz se ha convertido en alguien muy poderoso. El viaje entre dimensiones desencadenará una serie de peripecias donde intervendrán buena parte de los personajes de la serie, así como algunas de sus réplicas en el mundo paralelo (al más puro estilo de la también televisiva Fringe). Tendrá también importancia el descubrimiento –largo tiempo esperado– de la verdadera identidad de la mascota de Phineas y Ferb, el ornitorrinco Perry, quien en realidad es un agente secreto que lucha contra las fuerzas del mal.
Cuesta quitarse de encima la sensación de que estamos ante un capítulo alargado de la serie –aunque se agradezca la brevedad de su metraje–, ya que resulta bastante transparente la simplicidad de la trama. La realización, por su parte, tampoco despliega una brillantez a la altura de la de otros productos que llegan a nuestras salas de proyección (basta comparar con la adaptación que se hizo en 2007 de Los Simpson). Es el precio a pagar cuando se estrena en pantalla grande algo que probablemente luciría más en los televisores, como se ha hecho en otros países.
Pese a los reparos frente al afán recaudatorio de Disney, hay que reconocer que estamos ante una película medianamente entretenida que incluye algún que otro chiste destacable, y cuyo argumento baraja muchos elementos diversos que terminan casando bastante bien gracias al buen hacer de sus responsables. En ese sentido, se ha procurado contentar a los seguidores de la serie –la aparición, en la recta final, de buena parte de los locos inventos que han ido desfilando en uno u otro episodio así lo atestigua– pero sin que ello se traduzca en resultar demasiado crípticos para los no iniciados.
En conclusión, se trata de una digna adaptación al formato de larga duración de una serie dinámica y fresca que entretiene a los jóvenes actuales sin echar mano de tácticas anquilosadas y sin tratarlos como a descerebrados sin criterio. Entretenimiento post vacacional exento de complicaciones.