Michael es coronel del ejército danés. Vive felizmente con su mujer, Sarah, y dos hijas pequeñas. Tiene un hermano conflictivo, Jannik. Michael es enviado a una misión a Anganistán, en la que será dado por muerto. Sarah y Jannik se unirán para superar la pérdida. Entre ellos empezará a surgir una fuerte atracción.
Susanne Bier desarrolla, magistralmente, un drama familiar sobre las dificultades de convivencia, la manera de sobreponerse a una tragedia y los conflictos personales internos que pueden destrozar una familia y la vida de una persona. Todo ello con el trasfondo moralista de la vida militar y la sinrazón de la guerra.
La historia es tratada con una maestría y una sutileza digna del propio Bergman, mostrando las situaciones y las sensaciones que provocan de forma implícita, sin caer en convencionalismos ni sensacionalismos fáciles e inexpresivos, tan típico en este tipo de argumentos. La directora demuestra su dominio absoluto del lenguaje cinematográfico. El guión está bien elaborado, manteniendo en todo momento la tensión dramática en el espectador, gracias a los paralelismos y los diferentes conflictos sentimentales que plantea: el amor, la muerte, las relaciones familiares, el engaño, la sorpresa, la confianza, los celos, la locura, la pasión, la guerra, etc. No es una historia ingeniosa ni enrevesada ni original; es algo sencillo, cotidiano (salvo la profesión del protagonista, Ulrich Thomsen), pero narrado con tanta inteligencia que resulta maravilloso para los amantes del mejor cine.
La puesta en escena es sorprendente: está íntegramente rodada con steady cam y casi sin iluminación, al más puro estilo dogma (género ya cultivado por la directora), sólo que cuidando mucho los encuadres y evitando desenfoques y distorsiones. La labor de montaje, tanto visual como sonoro, es admirable y dota a la narración de una fluidez y una intensidad dramática enormes. Asimismo, las transiciones son espectaculares, con unas muy buenas elipsis y una buena sonorización.
Formalmente, se mueve básicamente en primerísimos y primeros planos, lo cual acentúa la labor de interpretación. Magníficos actores, desde la pareja protagonista Connie Nielsen y el ya citado Thomsen, pasando por el hermano, Nikolaj Lie Kaas hasta las hijas pequeñas de la pareja.
Admirable obra de arte cinematográfico, que conmoverá (tanto por su carga dramática como por su ternura) , impresionará ( tanto por la violencia implícita como por la crudeza sentimental) y removerá conciencias de más de un espectador.