El excéntrico y privilegiado Quentin Tarantino, tras el éxito categórico de Kill Bill tiene un nuevo y sorprendente proyecto: finiquitar una de sus series favoritas, CSI.
Conocedor de todos los recovecos de la misma como fan, su devoción declarada por las aventuras del equipo de Grissom había llevado a los responsables de la serie a perseguirle en más de una ocasión para que contribuyera en algún episodio. Finalmente, el último capítulo de la última entrega, será escrito y dirigido por él, la idea que llevó al equipo de guionistas fue del gusto de todos y así supondrá un cierre brillante -si atendemos a las declaraciones de los productores- o en el menor de los casos, sobradamente mediático.