A Nicolas Cage todavía deben quedarle muchas deudas con el fisco por pagar. Ya no le basta con protagonizar cuatro o cinco películas estadounidenses al año. Su siguiente objetivo vampírico es la industria europea.
Su primera incursión en la cinematografía de nuestro continente será Black Butterfly, primera producción en inglés de la compañía Alemania Bavariapool, creada hace tres años y controlada por Tobias Gerlach.
Black Butterfly, escrita por Steve Hilts y Justin Stanley y dirigida por Brian Goodman, será un thriller psicológico sobre un novelista asocial cuya salida de su encierro voluntario no le traerá más que complicaciones. El guión de Hilts y Stanley está basado en el de una realización televisiva del francés Christian Faure, Papillon Noir (2008).
Cage estará acompañado en el reparto por Veronica Ferres (Klimt).