Hace pocas fechas, la revista Cahiers du Cinema España pedía a profesionales varios del cine español ideas para ayudar a nuestro cine, ahora que está a punto de cambiar de signo político el gobierno. Daniel Monzón (Celda 211) y algún otro entrevistado insistían en la necesidad de copiar el modelo francés, que ha hecho del cine de aquel país una potencia, como delata una cuota de pantalla que estos días roza el 70% (el cine español no suele alcanzar en nuestros cines ni el 20%).
Una de las películas que más han contribuido a ello es Intocable (Intouchables), que se estrena en España el próximo 9 de marzo. Intocable (en la imagen), escrita y dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano, es una tragicomedia protagonizada por un aristócrata (a quien encarna François Cluzet) que, cuando se queda parapléjico en un accidente, se ve obligado a familiarizarse con la presencia de un cuidador (Omar Sy) que resulta ser un inmigrante procedente de los problemáticos suburbios franceses.
Intocable ha sido vista ya por más de ocho millones de espectadores galos, superando por mucho los resultados obtenidos por Piratas del Caribe 4, el último episodio de la saga Harry Potter o Las Aventuras de Tintín. La segunda película más taquillera del año en el país vecino es asimismo francesa: la comedia Nada que declarar, estrenada en nuestro país el pasado mes de abril.
Como es habitual, el cine estadounidense y, más en concreto, el estudio The Weinstein Co, ha comprado por un dineral los derechos de Intocable para su distribución internacional y la producción del inevitable remake.