Eyes wide shut

Kubrick demostró tener un buen criterio a la hora de elegir las primeras escenas que presentarían ante la prensa y el público la que sería su película póstuma: en un cómodo y lujoso dormitorio Tom Cruise abraza a Nicole Kidman, estando ambos desnudos. Ella, sin embargo, mira aburrida su propia imagen en el espejo. Esta imagen resume a la perfección Eyes Wide Shut: un matrimonio cuya aparente felicidad esconde una realidad muy distinta; están pasando una crisis de la que sólo ella es consciente y en la que el sexo va a desempeñar el papel principal. Como es muy habitual en el cine, el espejo hace de símbolo de lo engañoso de las apariencias.

Esta crisis latente toma forma cuando la esposa, estimulada por el alcohol y la marihuana, se atreve a cantarle por fin las cuarenta y ponerle las cosas claras al marido. En una brillantísima escena, Nicole Kidman hace en primer plano una confesión digna de un film de Ingmar Bergman ante la cámara; en ella desnuda de forma bastante cruel las miserias internas de su vida en común con el personaje de Tom Cruise, al que en realidad desprecia, como se comprobará posteriormente en la secuencia en la que le cuenta su sueño. En apariencia lo tienen todo, pero en realidad no se conocen ni tienen confianza ni se comprenden el uno al otro. El punto álgido de este inteligente discurso, al que Cruise sólo sabe responder con tópicos y respuestas estereotipadas de telefilm -cariño, estamos casados, etc.- es cuando la mujer relata su fantasía al ver a un atractivo hombre en un hotel; su vida cómoda y burguesa es tan falsa y aburrida que la abandonaría encantada sólo a cambio de un instante de auténtico placer con el desconocido.

A causa de este último detalle, toda esta magistral secuencia ha sido por lo general malinterpretada por público y crítica, que consideraron Eyes Wide Shut como una película sobre la infidelidad, cuando en realidad el film indaga en abismos mucho más profundos de la relación de pareja, a semejanza del cine del mencionado Bergman o de Woody Allen. Hay que reconocer que a esta errónea y superficial interpretación también contribuyen los horrendos insertos en el más puro estilo Playboy late night de Kidman retozando con otro hombre en la mente de Cruise; aparte de su ordinariez estética, estos planos reducen la crisis que está viviendo el personaje del marido a un simple ataque de cuernos, cuando en realidad toda su existencia está desmoronándose.

Cruise, para intentar reponerse de las amargas revelaciones que le ha hecho su mujer, vaga por la ciudad en estado de shock. A continuación, la película nos introduce en las fantasías sexuales del personaje, el cual se encuentra con una serie de mujeres que se le insinúan de forma bastante evidente; acomplejado y reprimido, no se atreve a aceptar la oferta de ninguna de ellas. Su pánico ante el sexo le hace además ver en todas estas mujeres graves peligros de todo tipo, como se explorará en la segunda parte del film. Primero fue la mujer, y ahora es el marido quien se enfrenta a sus problemas sexuales y de pareja que, en su caso, lejos del existencialismo de su inteligente esposa, muestran su simpleza y su inmadurez; de hecho, Eyes Wide Shutexplora, aunque de una forma y con una intención radicalmente distintas, el mismo universo de fantasías de reprimido que las españoladas de los años setenta y ochenta, o las películas americanas de adolescentes y universitarios. Una vez pasado el mal trago de hacer frente a sus demonios interiores, se abre para la pareja una segunda oportunidad de comenzar una nueva vida y una relación mucho más satisfactoria, especialmente en el hasta entonces descuidado plano sexual. Kubrick se atreve a evidenciar la tesis del film en su conclusión, en un explícito discurso de Nicole Kidman rematado con un contundente follar.

En la película hay una gran compenetración entre el contenido, probablemente la radiografía más brillante y certera de la vida conyugal burguesa que ha ofrecido el cine desde El amor después de mediodía (l'amour après midi) de Eric Rohmer, y el aspecto formal, donde Kubrick da rienda suelta a su gusto por los desafíos técnicos. Eyes Wide Shuttiene una virtuosa estructura simétrica, en la cual todas las escenas de la primera parte tienen una secuencia gemela después del ecuador del film; además el uso de la fotografía y la música configuran a la perfección la atmósfera onírica de esta adaptación del Relato soñado de Arthur Schnitzler. Es curioso que una de las mejores obras de un autor muchas veces sobrevalorado como es Kubrick haya sido tan infravalorada en su momento, sobre todo entre los propios fans del director; probablemente el paso del tiempo la pondrá en su lugar como una de sus mejores películas.


-Jose Antonio Lopez