No debe de ser agradable ser miembro de un grupo y ver como toda la prensa musical espera cada uno de tus discos para compararlo con aquella supuesta obra maestra que publicaste hace casi 15 años. En esa tesitura parecen encontrarse Dexter Holland (voz y guitarra), Greg Kriesel (bajo y voces) y Kevin “Noodles” Wasserman (guitarra y voces), miembros originarios de The Offspring, desde 1994. Aquel año, el trío, junto al batería Ron Welty, publicaba Smash.

Aquel álbum fue editado por un sello independiente con recursos limitados, Epitaph, pero logró encaramarse a lo más alto de las listas de éxitos de todo el mundo y abrió el camino para decenas de bandas que bebían en las fuentes del punk. Canciones como “Come Out and Play” o “Self Esteem” sellaron el pase del grupo a una multinacional, una decisión muy criticada por aquellos sectores autoerigidos como guardianes de la fe del rock.

Rise and Fall, Rage and Grace es el quinto trabajo que The Offspring publica con el sello Columbia. A pesar de algunos éxitos a finales de la década de los 90 y principios del nuevo siglo, como “All I Want”, “Pretty Fly (For a White Guy)” u “Original Prankster”, la banda ha adolecido de falta de creatividad. Una prueba de ello pueden ser los cuatro años y medio que separan el álbum Splinter, fechado en 2003, y este último disco de los californianos.

Según sus palabras, era el tiempo que necesitaban para valorar todo aquello que habían conseguido durante una década muy intensa y, asimismo, acumular la energía con la cual afrontar los nuevos retos. El productor Bob Rock, colaborador habitual de bandas como Bon Jovi o The Cult y artífice del sonido de Metallica desde la edición del álbum negro, ha sido elegido como guía en este nuevo camino. De esta forma, se han acentuado los riffs de guitarra más metaleros (“Trust in You” y el single de presentación “Hammerhead”), en detrimento de la vertiente más punk (“Stuff Is Messed Up” y “Rise and Fall”) de la formación.

Sin embargo, no han olvidado la fórmula del éxito que les llevó a sonar en todas las emisoras musicales, en radio y televisión. Así lo demuestran cuando atacan las melodías, más asequibles, de la casi bailable “You're Gonna Go Far, Kid” o “Let's Hear It for Rock Bottom”. Más sorprendente es la inclusión de dos medio tiempos, casi baladas, como “A Lot Like Me”, con arreglos de piano incluidos, y “Fix You”.