Algunos preferirían obviarlas, pero las leyes de la genética están ahí. En la historia de la música, la etiqueta “ser hijo de” nunca ha sido una garantía de éxito y, en algunas ocasiones, el parentesco se ha mantenido en un discreto silencio. Jakob Dylan (sí, descendiente del excéntrico Bob) formó a principios de los noventa The Wallflowers, una banda de actividad intermitente que editó cinco álbumes entre 1992 y 2005. Ahora, el cantante ha decidido quitarse la protección que supone la vida en grupo y lanzar su primer disco en solitario... curiosamente, con el sello que ha patrocinado la vida artística de su progenitor.

También es cierto que, artísticamente, Seeing Things escapa del sonido eléctrico y con vocación radiofónica de los discos de The Wallflowers. Dylan se presenta aquí desnudo, sólo arropado por las cuerdas de una guitarra acústica, unas escasas líneas de bajo y con un acompañamiento musical casi inexistente. Esta producción, casi nimia, es obra de Rick Rubin, responsable de la expansión comercial del hip hop como cofundador del sello Def Jam e impulsor de la renovación del rock duro (Slayer, Nine Inch Nails, System of a Down, Slipknot y Linkin Park han pasado por sus estudios).

Pero el barbudo Rubin también fue el artífice del reflotamiento de las carreras de Neil Diamond y Johnny Cash. Con los cinco volúmenes de la serie American Recordings, el llamado Hombre de Negro recuperó la atención de los medios. La producción de aquellos discos entregó todo el protagonismo a la voz de Cash. Y ese mismo procedimiento ha dado forma al debut de Jakob Dylan, quien defiende con honores un repertorio de diez composiciones propias.

Tanta ligereza en el terreno musical convierte a las canciones en otro de los focos de atención del disco. El Mal llama a las puertas (“Evil Is Alive and Well”) y se repiten los tambores de guerra (“Valley of the Low Sun” y “War Is Kind”) mientras las personas sencillas trabajan (la campestre “All Day and All Night”) y se enfrentan a todo tipo de adversidades (“Will It Grow” y “On Up the Mountain”) y experiencias (el single de presentación con batería de jazz “Something Good This Way Comes” y “This End of the Telescope”).

Seeing Things no servirá para amenizar las fiestas en las terrazas de verano, pero puede ser una gran compañía mientras cae la lluvia durante una típica tormenta de finales de agosto.